«Es una buena oportunidad de volver a las carreras, pero desconozco la continuidad que puedo tener o no en caso de sustituir a Joan Vinyes. Tengo un negocio que llevar, no puedo dejar solos a los chavales y ahora mismo es lo que hay que mantener por encima de todo. Los rallyes están bien pero…».
Aún no son las ocho de la mañana y Alberto Hevia charla distendido, aparentemente sin nervios y a punto de comenzar un rallye Sierra Morena del que guarda recuerdos agridulces (que odia rememorar) pero con una marca, Suzuki, y un equipo de personas que no le son extraños y le hacen sentirse como en casa.
Entre eso y la veteranía que atesora el de Pola de Siero, está claro que el largo parón fuera de los rallyes, aunque se nota, no afecta como a otros pilotos con menos experiencia. Eso es por lo que Suzuki ha apostado de Berti; un veterano con tablas que salía a sumar puntos, llevar el coche a la meta y suplir la ausencia de Joan Vinyes, del que su recuperación tras el accidente de esquí sufrido va lenta pero por buen camino.
Claro, aunque las ojeras de madrugar estaban ahí y a lo mejor no era el momento, no podíamos evitar las odiosas comparaciones: ¿Swift S1600 o Renault Clio S1600?, ¿ha habido salto evolutivo?, ¿cuál es el mejor?. Hábil como pocos y con la mente centrada en los tramos que le venían por delante -bastante ya tenía con ello- el asturiano tira por el camino del medio. «Sinceramente ni me acuerdo del comportamiento del Renault. No sabría decir qué hay de diferencia entre ambos. Del Clio hace ya diez años… y por entonces yo era un chaval»… un chaval que voló como pocos con ese coche , preparado por Oreca, en un rasante del tramo Ferrol-Ferrol de un también lejano Rallye de Ferrol.
La mañana no deparó sorpresas; más allá de las de adaptarse al coche y empezar la ardua tarea de cambiar reglajes para ajustarlo a su estilo de conducción. «Hemos estado tocando cosas de aquí y de allá, moviendo clics y demás, pero aún tendría que cambiarlo más para ponerlo a mi gusto». Claro, el Swift estaba reglado al estilo Joan (con el que, por cierto, llegó a hablar por teléfono varias veces en la última semana para saberlo todo del coche) por lo que la matinal se dedicó a completar kilómetros, hacerse a la máquina tras el breve contacto en el shakedown, secundar a Gorka Antxustegi… y engrasar el tándem piloto-copiloto.
Segundo reto del día: conseguir que Jordi Mercader, que en su vida ha corrido un rallye completo cantando en castellano, lo haga en esta lengua sin que el catalán se entrecruce en su discurso, pudiendo despistar al piloto. «Y lo hizo», asegura Berti con un gran sonrisa, «en ningún momento me coló una esquerra o cosas por el estilo». Jordi asiente, aunque reconoce que la cosa ha sido más difícil para él. «Lo más complicado era adaptarme a su estilo de notas y al ritmo que exigía». Ahora es Berti el que lo confirma con la cabeza: «creo que tengo unas notas muy completas y a veces apunto muchas cosas. Me gusta describir muy bien la carretera y eso en zonas rápidas exige ritmo a la hora de cantar. Pero Jordi es un copiloto súper profesional y aunque también tuvo trabajo de adaptación, cumplió con su cometido».
Primera asistencia de la tarde. El calor aplatana al personal. Todos lo tienen claro, es lo peor que se lleva en estas carreras. «La dirección va un poco torcida hacia la izquierda y cuando giro hacia ese lado el coche tiende a irse hacia afuera», indica Berti a los mecánicos del equipo Suzuki. Mensaje claro y directo, todos a una se ponen manos a la obra y cambian alineados. El desgaste de los neumáticos parecen confirmar que las cosas van bien. Con todo, «al no tener referencias del coche tampoco puedo sacar más conclusiones de las ruedas FIA».
Las caras, además de sofocadas por las altas temperaturas, son de tranquilidad y el trabajo en ese coche es algo más liviano que en el de su compañero Gorka Antxustegi. El vasco llega con problemas en la caja de cambios que se irán agravando en la última sección. Directa o indirectamente sobre Hevia recae la responsabilidad de hacerse con la victoria en las dos ruedas motrices; mientras, el asturiano tiene claro que «en ningún momento se me pasa por la cabeza jugármela y darle un golpe al coche, mi objetivo aquí es otro». Y allí estuvo, al pie cañón, probablemente quitándose también de encima muchos fantasmas del pasado que aún recordó durante los entrenamientos -se rumorea que llegó a identificar las marcas de la frenada de su última salida de carretera-. Volver y subir al podium, ¿se puede pedir más?…
¿Irás al Rías Baixas?. «En principio sí, aunque preferiría que lo hiciese Joan, pero si no puede allí estaremos», sentencia Berti. En el equipo lo tienen claro: la decisión ha sido de lo más acertada y en espera del andorrano será el bicampeón de España quien se encargue de sustituirlo en las próximas pruebas del Nacional. Casi dos años después Alberto Hevia ha vuelto a las carreras, puede que con alguna cana más, pero especialmente descubriendo que en este regreso «todo sigue igual y, sobre todo, que estos parones te hacen perder el ritmo».