Inaudito… o no, porque ya sabes que viniendo de Jost Capito, el director del equipo Volkswagen, todo es posible. Hacía mucho que no nos sorprendía con alguna de sus declaraciones incendiarias o ideas «originales» para animar el Mundial de Rallyes, pero ésta se lleva la palma. Te explico.
No contento con proponer que los participantes se jugasen las posiciones en el tramo final (una sugerencia que estuvo peligrosamente cerca de hacerse realidad), ahora Capito invita a quienes -normalmente- están al volante a convertirse también en copilotos. ¿Por qué? Muy sencillo: así uno de ellos puede leer las notas en una especial… Y cambiarse con su compañero en la siguiente.
O no nos enteramos… o intentamos aferrarnos a la lógica. Pero lo que pretende el responsable de la formación germana es que en cada coche haya dos personas capaces de desempeñar alternativamente los papeles de piloto y navegante. Se turnarían tramo a tramo y así llegarían al final del rallye, donde habría dos clasificaciones para el mismo vehículo.
Cada una de ellas correspondería a un participante, aunque el puesto final del coche resultaría de la suma de ambas. Sin embargo, los puntos se repartirían entre los dos pilotos; así se esforzarían por quedar lo más arriba posible.
Esto, por supuesto, no nos libraría de ciertas estrategias, al menos, tal y como yo lo veo. Por ejemplo, ¿qué ocurre si Sebastien Ogier y Jari-Matti Latvala van en el mismo VW Polo R WRC y el francés necesita menos tantos para proclamarse campeón? ¿Cómo impedir que reduzca su ritmo a propósito para evitar que su compañero (y rival, no nos olvidemos) le adelante en la tabla?
No hablemos ya de un choque que obligue al abandono. Ambos se quedarían sin puntuar… siendo completamente injusto para el «no culpable», que se vería fuera de la prueba sin comerlo ni beberlo. Vale, quizá el responsable del golpe ha sido el copiloto, pero estamos en el mismo caso, ya que su error arrastra a alguien que no tiene por qué estar afectado.
También hay que tener en cuenta las averías, producto de la mala suerte y que perjudicarían a los dos participantes por igual. Pero hay algo más: este sistema implicaría que el número de pilotos por equipo fuera par. Es decir, adiós a los tres representantes de Volkswagen o Hyundai: bajamos a dos o subimos a cuatro. Ahora que salimos de la crisis, a lo mejor la cosa se anima y mira, la idea, por complicada que sea, nos trae algo positivo… aunque habría dos coches, eso sí. Unos costes compensarían otros; «las gallinas que entran por las que salen», vaya.
En este punto, seguro que ya te estás «oliendo» algo raro… Para comprobar si tus sospechas son ciertas, junta la primera letra de cada párrafo de esta noticia. Me encantan estos juegos, no lo puedo evitar.