El rallye por etapas más duro del mundo se presenta en Barcelona y de nuevo África queda en el olvido. Presupuesto, dinero, money, cash… insuficiente en el continente que siempre se nombra en las ruedas de prensa “dakarianas”. Es entonces cuando “Nani” Roma y Stephane Peterhansel ponen cara de nostalgia.
Carlos Sainz vuelve a la aventura mágica y cruel con Peugeot. Los responsables deportivos de la marca del león han dicho que no ven futuro en el WRC, no tiene retorno suficiente. A ver, si lo comparamos con la aparición en medios del Dakar, es evidente que este raid y su difusión sobrenatural ganan por goleada. Pero si Volkswagen “cambió de bando”, por algo sería: los germanos no se caracterizan, precisamente, por dar puntadas sin hilo. O por no cuidar su poderoso presupuesto.
Así las cosas, digamos que no pierdo la esperanza de que Peugeot regrese al Mundial de Rallyes… Previo paso por una carrera que conocen bien. Saben que esos 15 días te dan una publicidad que sirve para buena parte del año (siempre que no te vayas con el coche a casa a primeras de cambio, claro. No tiene pinta, dado que Sainz está involucrado en el desarrollo del 2008 DKR, cuyas pruebas comenzarán en junio). Sus rivales son pocos -pero, cuidado, también poderosos-. Su piloto madrileño tiene ganas de volver a ganar una cita que te encumbra al Olimpo. En principio, hay muchos factores de su parte. Pero en esta prueba el destino juega, más que en ninguna otra, un papel protagonista. Y contra eso no hay presupuesto que valga…
Efectivamente, esta carrera puede dar al traste con todos los cálculos que hayas hecho, simplemente porque aquí las cuentas no valen. La lógica se deja a un lado mientras los pilotos van de Buenos Aires a Iquique y vuelta al punto de partida (Argentina, Chile, Bolivia), superan etapas maratón -este año hay para todas las categorías- y descansan (en días distintos) bajo una gran duna que se ha hecho famosa por su descenso en picado hacia el mar. Los recorridos vuelven a disociarse en pos de una mayor seguridad y variedad de terrenos. El presupuesto enorme que emplea la organización se amortiza, por increíble que parezca. Esta prueba, además de difícil, es cara.
Ya lo era cuando lucía con todo el sentido el nombre de una ciudad africana cuyo Lago Rosa se vuelve cada vez más marrón. ¿Sabías que con el dinero que dejaban los equipos en Nouakchott (Mauritania) durante la jornada de descanso vivía una familia completa durante ese año? Eso sí son presupuestos que valen.