Al hablar de Colin McRae se hace el silencio: en lugar de la algarabía de opiniones y de historias que todos intentan contar a la vez, un sentimiento de respeto empieza a formarse en el ambiente y cada uno espera para referir su anécdota, para explicar por qué era su piloto favorito, para recordar las batallas interminables con Carlos Sainz.
El día que murió llamé a Kike Salgueiro, nuestro fotógrafo, en cuanto me enteré. Nos dimos el pésame como si hubiéramos perdido un familiar. Sé que muchos aficionados hicieron lo mismo; los rallyes tienen ese sentimiento de cercanía que pocos deportes dan. Cierto es que había quien pensaba que era un poco estirado… Lo entrevisté una vez: no fue más ni menos amable que Richard Burns (tan tímido que casi parecía enfadado), correctísimo, educado hasta el extremo. Incluso bromeamos, ya que su cumpleaños y el mío son el mismo día. Al lado de su copiloto entonces, Nicky Grist, un tipo que parecía vivir envuelto en una nube de confeti, parecía «soso». Pero en un coche se transformaba. Suele pasar.
A McRae se le echaba en cara que no era un piloto con cabeza. Cierto, no iba con la calculadora, sopesando cada movimiento. Él disfrutaba al volante, quería hacerlo lo mejor posible y eso implicaba asumir riesgos, quizá más que el resto… cuando no era necesario. Y chocaba. Pero volvía a intentarlo porque quien no arriesga no gana. Así hizo famosa su frase: «ante la duda, pedal a fondo». Por eso, precisamente, me gustaba: tenía garra, pasión, demostraba que siempre estaba dispuesto a darlo todo, a no guardarse nada.
Llevo esta máxima hasta el Dakar, a Le Mans, a los X-Games… En 2007 buscaba un asiento en el WRC para la temporada siguiente cuando un accidente de helicóptero nos dejó sin la posibilidad de saber si habría seguido añadiendo cifras a su palmarés: un campeonato del mundo de Rallyes -en 1995, convirtiéndose en el primer piloto británico y el más joven que conseguía el título-, 146 pruebas disputadas, 25 ganadas, 42 podios, 477 tramos, 628 puntos obtenidos de 1987 a 2006 (con un paréntesis en 2004), los años que estuvo en el certamen. Y más allá de los datos, su forma de vida: «If in doubt, flat out«.