Quien llegase a pensar que tras su retirada del WRC Mikko Hirvonen iba a dejar el mundo de las carreras, estaba completamente equivocado. Esta gente lo lleva en la sangre y no es tan fácil abstraerse de algo que has estado realizando de forma profesional durante años. Lo quieran o no, una vez superado ese breve período de reflexión tras su voluntaria jubilación, aprovechan cualquier oportunidad para subirse de nuevo a un coche de carreras… eso sí, ya sin la presión de luchar por un objetivo concreto o de contar con un equipo y patrocinador fuertes que esperan de ellos buenos resultados.
La última aventura de Hirvonen ha tenido lugar este fin de semana: el finlandés se ha puesto a los mandos de un Ford Escort Mk2 con el que ha ejercido las funciones de doble cero en la caravana del Peurunka Rally, prueba del campeonato nacional de su país… que -menuda primicia- se disputa sobre nieve, para regocijo de piloto y seguidores.
El caso es que esta oportunidad de viajar al pasado no ha sido ninguna novedad. En más de una ocasión Mikko se ha subido a uno de estos espectaculares vehículos históricos de rallyes con los que reconoce disfrutar de lo lindo; y si no, atentos a la cara que ponía y a las declaraciones que realizaba hace unos años tras probar una versión Mk2 parecida a la que ha utilizado este fin de semana. Estaba claro que tarde o temprano iba a repetir, y encima tratándose de un Ford…