Como los pilotos habían vaticinado, el Rallye Montecarlo va a ser complicado; siempre lo es. Lo que ocurre es que Sebastien Loeb había provocado que pareciera fácil ponerse al frente. Su espectacular crono en el primer tramo del jueves dejó a todos con la boca abierta y, para demostrar que no fue fruto de la casualidad, el viernes hizo lo mismo. Primera especial y endosó 15″ a Sebastien Ogier, su rival inmediato, que se alejó un poco más del liderato.
Las condiciones no habían mejorado respecto a la noche anterior. Vale, había luz diurna, pero también una intensa niebla, hielo sobre el asfalto… y muchos participantes no habían optado por los neumáticos de clavos en un tramo que, por cierto, jamás se había disputado con esta configuración. Tanto Ogier como Jari-Matti Latvala (también en Volkswagen) se tomaban las cosas con calma: el finlandés decidía que no había motivo para arriesgar y que vendrían especiales mejores. El francés sabía que el orden de salida no le favorecía en esa primera prueba del día. Pero en las dos siguientes, el tema cambiaba.
Ogier atacó. Afrontaba los tramos 11 coches por delante de Loeb y el sol empezaba a descongelar las carreteras, así que los vehículos más retrasados encontraban mucha suciedad acumulada. Y el actual campeón del Mundo contribuía a ello, admitiendo sin empacho (así lo recoge wrc.com) que «en las curvas, procuro recortar para poner un poco de nieve en el asfalto y que la encuentren los pilotos que vienen detrás». Por si pensabas que en un rallye todo se reduce a ir más rápido que los demás. También, vale, pero la estrategia te dará esa ventaja «extra» que acompaña a los que saben.
Por su parte, Latvala se recuperaba; había caído a la quinta plaza en la general, pero volvió a la tercera, precisamente, con dos terceros scratch. Los mejores cronos habían sido para Robert Kubica (Ford Fiesta RS WRC), que el jueves había perdido cualquier opción a un buen resultado debido a problemas eléctricos en su coche. Pero quería demostrar que, al menos, podía ganar especiales en unas condiciones que cada vez se complicaban más: el sol estaba secando las carreteras y los neumáticos perdían clavos con rapidez. Todos deseaban llegar lo antes posible a la asistencia. Cuando lo hicieron, Ogier, en su ciudad natal, estaba a sólo 3″ de Loeb.
Éste optó por cubiertas de nieve en su Citroën DS3 WRC, mientras que su rival elegía clavos. Parecía que la monta de Ogier era más adecuada… Pero al final del tramo, Loeb había aumentado su renta. Era de seis segundos escasos. Ogier, decidido a llevarse la victoria, atacó una vez más y se puso al frente de la clasificación aprovechando un trompo de Loeb. Primer error… al que seguiría otro más grave.
Quedaba la última especial de la jornada y el piloto de Citroën luchaba por recuperar el primer puesto cuando golpeó una roca. Rompió la suspensión trasera izquierda de su DS3 y perdió seis minutos; después, su coche volvió a pararse en el enlace. En este tramo también sufrieron su compañero en el equipo francés, Kris Meeke, y Kubica: ambos se salieron de la carretera. Ogier respiraba tranquilo, con Latvala, segundo en la tabla, a 1’45». Tras ellos, Andreas Mikkelsen, completando así el triplete provisional de VW.
Hoy, los coches dormirán en el principado de Mónaco tras pasar por cuatro especiales, una de ellas con 51 km. Equivocarse de neumáticos ahí equivaldrá al desastre. Caos. Es Montecarlo.
Clasificación provisional del Rallye Montecarlo
1. S. Ogier / J. Ingrassia (Volkswagen Polo R WRC) 1: 52: 07.4
2. J-M Latvala / M. Anttila (Volkswagen Polo R WRC) +1: 45.4
3. A. Mikkelsen / O. Floene (Volkswagen Polo R WRC) +2: 34.8
4. O. Tanak / R. Molder (Ford Fiesta RS WRC) +2: 44.4
5. M. Ostberg / J. Andersson (Citroën DS3 WRC) +3: 02.9
6. E. Evans / D. Barritt (Ford Fiesta RS WRC) +3: 15.2
7. T. Neuville / N. Gilsoul (Hyundai i20 WRC) +3: 29.9
8. D. Sordo / M. Martí (Hyundai i20 WRC) +4: 03.0
9. M. Prokop / J. Tomanek (Ford Fiesta RS WRC) +4: 59.6
10. H. Solberg / I. Minor (Ford Fiesta RS WRC) +6: 38.9