Si la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) considera que eres lo suficientemente bueno para pilotar un WRC 2017, lo llevarás. Si no… ¿a tu casa? Y espera, que hay más, ya que por fin alguien del organismo se ha dado cuenta de que, si tienes suficiente dinero para pagar un volante, allá irás, tan ufano, a participar en el Mundial de Rallyes… e igual eso no puede ser, no con esa alegría. Nos percatamos un poco tarde, pero venga, el primer paso es reconocerlo.
Ahora resulta que los WRC 2017 son “demasiado rápidos».
Según autosport.com, la utilización de los próximos WRC quedará restringida a aquellos pilotos que la FIA considere «lo suficientemente competentes (que no competitivos; son cosas distintas) para conducirlos». ¿Por qué? Sencillo: van a ser los coches más rápidos en la historia del certamen. La seguridad está en juego y es un tema muy serio. Los propios protagonistas, los representantes más destacados de los equipos, han pedido algún tipo de medida que limite el acceso a estos vehículos, dada la velocidad que podrán alcanzar.
Algunos de ellos han sugerido un sistema similar a la superlicencia que existe en la Fórmula Uno, pero Jarmo Mahonen, director de Rallyes para la FIA, asegura que no es el camino que quiere tomar. En lugar de eso, aboga por implementar controles muy estrictos cuando estos coches vayan a ser usados por pilotos que apenas tengan experiencia. «¿Qué pasa con tipos como Bryan Bouffier? Sólo hacen una o dos pruebas al año. Robert Kubica es otro ejemplo. No queremos una norma a la que vamos a tener que poner excepciones continuamente, por eso no vamos a adoptar la superlicencia; vigilaremos esos vehículos, pero de un modo más suave. En los WRC 2017 se sentarán los pilotos oficiales de un fabricante y aprobados por nosotros. Eso nos dará el control», afirma. La última frase me pone los pelos de punta. Un poco.
Así, las marcas tendrán que facilitar detalles sobre sus representantes a la entidad que regula este deporte. Después, la FIA decidirá si pueden puntuar en los eventos del Mundial. Y Mahonen asegura algo muy interesante: este organismo no permitirá que compita nadie que «haya puesto un millón de libras sobre la mesa para conducir uno de los coches de 2017. Actualmente puedes pagar y pilotar y no tenemos control sobre eso». Ajá. El control otra vez. Pero esto muestra un lado oscuro, porque no son tantos los que cobran un sueldo de su equipo; de hecho, los que ponen pasta por correr son mayoría. Y si esto se aplica a rajatabla, sacará de la ecuación a algunos de los que animan el cotarro. «Depurará» las listas de inscritos, cierto… aunque se llevará por delante más de un apellido interesante. Así que, en principio, la norma está bien, pero hay que aplicarla con cabeza. Si el dinero pagado por meter el culo en un asiento es la vara de medir… malo. ¿No tendría más sentido fijarse en los cronos?
«Estudiaremos las virtudes de los aspirantes. ¿Queremos un gentleman driver en estos vehículos? No. Y tampoco deseamos ver en los WRC 2017 a chicos de 18 años que salen a su primer prueba del Mundial», añade. Me quedo mucho más tranquila, pues la seguridad -y con esto no hay ironía o bromas que valgan- es lo primero… Aunque el riesgo de que paguen justos por pecadores está latente.