La de ayer no fue una jornada sencilla: tras extenuantes horas enganchados en las dunas, en plena noche, Carlos Sainz y Lucas Cruz llegaron al campamento pasadas las tres y media de la madrugada. Durmieron poco, muy poco, y se levantaron dispuestos a dar lo mejor de sí en lo que queda de carrera, que es mucho. Habían perdido tanto tiempo que lo único que podrían hacer era lograr alguna victoria de etapa, ayudar a Stephane Peterhansel y seguir desarrollando el Peugeot 2008 DKR. Pero ni siquiera eso ha podido ser.
Esta prueba, mágica y cruel, te obliga a trabajar hasta el límite de tus fuerzas para lograr la gloria, pero te la quita de un zarpazo. Y así ha sido: Sainz ha volcado diez kilómetros antes de finalizar la etapa. Rodaba en la estela de polvo de un quad y ha encontrado una piedra. Su participación en el Dakar 2015 ha terminado ahí.
En la especial de hoy, Vladimir Vasilyev (Mini) ha sido el vencedor, seguido por Yazeed Al-Rajhi (Toyota), una de las revelaciones de esta edición de la prueba. Robbie Gordon, superados sus problemas de ayer, ha sido tercero con su Hummer. Tras él, Nasser Al-Attiyah, que sigue al frente de la clasificación general, y Peterhansel, monsieur Dakar, que se queda sin uno de sus compañeros de equipo, sin uno de sus grandes rivales. Veremos qué trae la jornada de mañana; en esta carrera, la máxima «todo puede pasar» es más cierta que en ningún otro sitio.