Sebastien Ogier puede proclamarse campeón del WRC 2015 en el Rallye de Alemania, el próximo de la temporada. Para ello deben darse varios supuestos… y no será fácil. Pero si alguien sabe de imposibles (para él, muy posibles), es el galo.
Repasemos la situación: Ogier es líder destacadísimo de la clasificación general del certamen. Tiene 182 puntos, 89 más que el segundo en la tabla, su compañero de equipo en Volkswagen Jari-Matti Latvala. El finlandés es uno de los cuatro pilotos que pueden evitar el alirón del francés: en este juego también entran Mads Ostberg (Citroën, a 98 tantos), Andreas Mikkelsen (VW, a 99) y Thierry Neuville (Hyundai, a 112 puntos), según wrc.com.
Quedan cinco pruebas del campeonato y la siguiente es la germana. Si Ogier quiere sentenciar el título allí, tienen que ocurrir tres cosas:
- El francés ha de ganar el rallye y lograr los tres tantos extra del Power Stage.
- Además, Latvala no debería terminar por encima de la octava plaza.
- Ostberg y Mikkelsen también deberían finalizar no más allá de la cuarta posición.
«Bueno, vencer en una cita y hacerse con los puntos del Power Stage nunca ha sido problema para Ogier», pensarás… Y estás en lo cierto, sólo que el terreno germano se le atraganta un poco. En las dos últimas ediciones del Rallye de Alemania, el galo ha sufrido tres accidentes. En 2013 rompió la suspensión y llegó al 17º lugar, mientras que el año pasado quedó fuera de la lucha por la victoria el viernes y abandonó el sábado tras un incidente aparatoso. Sabe que esta prueba es complicada para él. Sabe que para lograr su objetivo, debe seguir trabajando. Y cuando al talento se suman la capacidad de esfuerzo y el tesón, hay muy pocos factores que puedan apartar a alguien de su meta. Excepto la suerte. Y suele estar de su parte.