El Rallye de Cataluña avanza que tendrá dos tramos urbanos en 2014 (ya has podido leerlo aquí), uno en Barcelona, el jueves, y otro en Salou, el sábado. Y me pregunto: ¿son necesarias tantas especiales de este tipo? Mejor todavía: ¿deberían incluirse en cada prueba o, por el contrario, podríamos prescindir de ellas?
Veamos sus ventajas: acercan el rallye al público. Todos sabemos lo complicado que es, en ocasiones, llegar a un tramo del Mundial: cortan los accesos algún (o algunos) kilómetros antes, hay que ir con tiempo para aparcar más o menos cerca, el resto de los aficionados ha pensado lo mismo que tú y coger un sitio bueno es complicado… Encajonando la especial en una ciudad puede que incluso tengas la opción de ir en transporte público. Una vez en el sitio te darás de codazos igualmente para verlo, eso sí -siempre que haya congregado a mucha gente… y suele pasar-, pero la comodidad está ahí.
Como el recorrido de estos tramos es más corto, también resulta más sencillo que las televisiones se animen a retransmitirlos, multiplicando de forma exponencial su alcance. Así, todos contentos: el aficionado tiene el rallye más “a mano” y se animará a asistir, los organizadores cuentan con una mayor cobertura de su evento y se facilita el trabajo de los medios. Pero nos olvidamos de una parte muy importante de la ecuación…
Efectivamente, hablamos de los pilotos. Cuando se les pregunta, la mayoría responde que es un tipo de especial genial para el público, por la cercanía y el espectáculo, que sirve para generar mayor afición y para atraer a gente que (quizá) de otra forma nunca se habría interesado por esta disciplina. Y tienen razón. Pero también saben -y así lo han comentado alguna vez- que en estos tramos tienen mucho más que perder que en cualquier otro, debido, principalmente, a los bordillos (que se lo digan a Dani Sordo y a la famosa glorieta). El riesgo está presente en cada especial, no se puede negar, pero en éstas se multiplica.
Otro factor que se debe considerar es que, en aras de una mejor cobertura de los medios, volvemos a “arrimar” esta disciplina a los circuitos… cuando no tienen nada que ver. Los rallyes son una cosa y las carreras en un trazado, otra. ¿Queremos atraer a más aficionados “tentándoles” con algo que no es exactamente representativo de un deporte cuyo valor está en las carreteras, en las pistas? ¿Qué pasará cuando quieran ir a otro rallye y se encuentren que ya no es tan fácil porque “se enfrentan” a un tramo de los de toda la vida? Ajá.
Tramos urbanos: ¿sí o no?
Por Noemí Alonso
| 10/09/2014