«La indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido. Y como fue una indemnización indifi… en diferido, en forma, efectivamente, de simulación, de… simulación, o de… lo que hubiera sido en diferido en partes de una…». No sé por qué, pero me acabo de acordar de esta famosa frase al leer la nota de los comisarios deportivos en la que comunican a Sébastien Ogier una penalización de 2 minutos por exceder en siete ocasiones la velocidad máxima en los reconocimientos del Rallye de Suecia… pero que no se hará efectiva en este rallye, sino que se mantiene en suspenso durante un año; y así, en diferido, si el francés se vuelve a colar con el velocímetro en los reconocimientos de otro rallye durante ese período, entonces sí, se aplicará al tiempo final de esa carrera.
El caso es que el despiste ha sido notorio y evidente, hasta el punto de que Volkswagen no tiene mucha intención de apelar, más allá de que el jefe del equipo, Jost Capito, haya reconocido en autosport.com que se va a pasar por la oficina de los stewards para tomar un café caliente y echarle un vistazo a las pruebas del delito. No hay mucho más, y hasta el propio Capito justifica el tropezón galo, pues el de Suecia es el único rallye donde los reconocimientos se efectúan a una velocidad máxima de 70 km/h, mientras que en el resto es de 80 km/h… -y ya sabe cómo son estos chavales, agente…-
Bromas a parte, la sanción también se cotiza a 25 euros por cada kilómetro en el que el infractor va por encima del límite, con lo que la cuenta de la indigestión sueca le va a costar al Campeón del Mundo 313 y 570 euros por las dos primeras pasadas y 1.232 por las cinco restantes. Y aquí sí que no vale la simulación en diferido, o de… lo que hubiera sido en diferido en partes de una…