Quince años de relación dan para mucho; también para que cambien los formatos de vídeo y así, durante algo más de cuatro minutos de homenaje a Sébastien Loeb, haya que readaptar en varias ocasiones el tamaño de pantalla. La pieza es el regalo de Citroën a su piloto fetiche durante estos años, ahora que el galo ya no tiene hueco en el WTCC y se pasa a la marca prima-hermana Peugeot.
Aquí va ese brevísimo repaso a la que ha podido ser una de las mejores relaciones hombre-marca en el automovilismo…