Con el cambio de coches realizado en el JWRC, los costes se han incrementado notablemente. Si con los Fiesta R2 una temporada podría rondar los 120.000 euros, ahora con el Citroen DS3 R3T se pone en los 500.000.
A los 250.000 euros que cuesta la inscripción en el campeonato hay que sumar el coste del alquiler del coche, que asciende a 42.000 euros en cada una de las seis pruebas (cuatro de tierra y dos de asfalto: Portugal Polonia, Finlandia, Reino Unido, Francia y Alemania).