Albert Bosch y Agustín Payá no son uno más de los equipos que estarán presentes en la próxima edición del Rallye Dakar 2015. Ellos también van a disputar la prueba por etapas más dura del mundo, pero sin gastar ni un solo litro de combustible. Después de tomar posesión de pruebas como los circuitos (con la Fórmula-E) o el Pikes Peak, la alternativa de propulsión 100% eléctrica entra también de lleno en las dunas suramericanas. Un gran reto que cuenta con el respaldo de la corporación Acciona y del que seguro muchos estarán atentos a lo que haga a principios del próximo mes de enero.
El vehículo del equipo español es un prototipo de la categoría T1 con estructura tubular, carrocería de fibra… y un motor eléctrico síncrono de 220 KW a 6.000 rpm, el equivalente a 300 CV de potencia. Sin duda, por el modo de alimentación y funcionamiento, una de sus mayores virtudes es el par motor de que dispone: nada menos que 700 Nm, un poco más que un Ferrari F12berlinetta y sin que por ello tengas que escuchar -y sufrir- el sonido de las bombas combustible succionando a dos carrillos.
Ahora bien, la critatura se va hasta los 5 metros de largo, más de 2 metros de ancho y 1,9 de alto, y ello redunda en un peso final que, a tope de power, supera con cierta alegría las 2,5 toneladas. Y no es el motor el que penaliza; al contrario, sus apenas 80 kg son de risa comparados con el lastre que suponen los propulsores de combustión del resto de sus rivales. Aquí, como en los móviles y los ordenadores portátiles, son las baterías las que disparan esta cifra. En el caso del prototipo español, éste cuenta con cuatro packs extraíbles de ion-litio y una capacidad total de 140 KWh… para que lo entendamos, en el dossier de prensa del equipo han hecho un símil y aseguran que viene a ser la potencia contratada de un total de 32 viviendas (mi duda es si será con o sin calefacción y el sablazo total que te meten a final de mes en invierno).
El caso es que, con los cuatro cartuchos insertados (todos ellos refrigerados, ya que el calor no es buen consejero), el T1 de Bosch y Payá podrá recorrer en torno a 300 km a una velocidad máxima de 150 km/h y haciendo el mismo ruido que un carrito de golf, aunque evidentemente no exprimirán esa autonomía hasta el límte. Y aquí viene el gran reto, porque en las largas etapas dakarianas van a tener que repostar… o más bien cambiar las baterías (algo relativamente sencillo) y recargar las usadas, que es la parte complicada teniendo en cuenta lo alejados de cualquier enchufe que van a estar durante muchos días. Pero va a ser así, y cuando exista la opción enchufe se recurrirá a ella, y cuando no, contarán con unidades móviles que ejercerán de electrolineras.
La historia de este equipo tiene mucho de aventura, pero podéis apostar a que van a abrir un camino que en próximas ediciones de este rallye va a contar con más adeptos.