Concluida la primera semana del Dakar tenemos claro que no sabemos nada. Porque esta carrera es tan abierta e incierta que lo que hoy puede ser un hecho, mañana puede cambiar por completo el panorama. Vale, es cierto que se hace difícil pensar en una debacle de Peugeot ahora que comienza la semana en la que, a priori, los 2008 DKR se defenderán mucho mejor… Con tres pilotos (-azos) de la marca gala en cabeza, malo será que alguno de ellos pueda aunar suerte y habilidad al volante (y porsupuestísimo con el road book) para tratar de devolver a Peugeot a lo más alto de esta prueba. El quién lo hará ya es más difícil de prever, aunque hay quien piensa que Loeb caerá de la lista de candidatos a poco que la navegación se haga indispensable… cosa que empezará a ocurrir a partir de mañana y después de una semana en la que se han mezclado estilos WRC y Camel Trophy en las etapas disputadas. Con diferencias tan exiguas, un despiste y el pluricampeón del mundo de rallyes cedería ese liderato que -ya no es tanta sorpresa- ostenta en esta jornada de descanso. Pero de momento habrá que verlo, y que me quiten lo bailao.
¿Y qué pasaría de llegar a las últimas etapas con estas diferencias tan escasas entre miembros de un mismo equipo? ¿Se repetirá la situación de 1989 y la ya famosa moneda al aire que decidió el resultado de la carrera entre Ari Vatanen y Jacky Ickx, precisamente en el seno del por entonces equipo oficial Peugeot? ¿Se habrá pactado con anterioridad la resolución a panoramas de este estilo? Vaya, tampoco es algo nuevo esta situación en algunos de los miembros que componen actualmente el equipo francés. Peterhansel fue uno de los últimos protagonistas, con la ya conocida tensa relación entre él y Nani Roma compartiendo estructura Mini en 2014.
Pero claro, estamos hablando del Dakar y aunque a 17 minutos -que en África serían el canto de un duro- hay que seguir teniendo muy en cuenta a Nasser Al Attiyah; un tipo que falla poco, corre mucho y a quien los demonios deben estar comiendo las entrañas después de lo vivido en esta semana y con un equipo rival que, en cierto modo, llegó a colocar en segunda fila en la lucha por la victoria en una de esas entrevistas previas a la carrera sudamericana. Culpar ahora de todo -como ha hecho su equipo- a los Michelin que calzan en exclusiva los Peugeot suena a excusa. Vamos, que algo también tendrá que ver el desarrollo del nuevo coche… y los tipos que van dentro, que entre todos suman unas cuantas victorias en el Dakar y el Mundial de Rallyes.
El caso es que Al Attiyah debe estar especialmente motivado para seguir dando el 200% en las etapas que quedan, porque ahora llega el calor las dunas y el catarí lleva arena en las venas… aunque también de eso sabe un rato Peterhansel… o un Carlos Sainz al que vemos más enchufado que nunca en esta prueba. Mientras tanto Loeb, con esa cara de hola chicos, pasaba por aquí y me está molando esta movida, sigue al frente de una carrera en la que los rumores -ya antes del inicio de la misma- apuntan a que podría salir de Sudamérica en próximas ediciones. Quizás habría que buscar una fórmula mixta, huyendo del Cono Sur cuando el fenómeno de El Niño vaya a revolver el clima de la zona. ¿Será momento de recuperar el espíritu original?.
Por cierto, no queremos dejar en el olvido el gran papel de Ruben Gracia y Diego Vallejo. El equipo sigue en la pelea por la victoria en T3; nada mal para un piloto debutante en esta carrera y que afronta a partir de ahora las etapas decisivas, con un coche que de momento va fino como la seda. Atentos al vídeo…