Ha habido una revolución en el organigrama del Campeonato de Europa de Rallyes y los jóvenes talentos que tengan menos de 28 años de edad y piloten un Ford Fiesta Rally3 con neumáticos Pirelli, cumplen a grandes rasgos los requisitos de la categoría Junior. Una categoría que pone alcance de la mano competir el próximo año en la apartado Junior del Campeonato del Mundo de Rallyes.
Los aspirantes comenzarán el camino hacia el título en junio en Polonia y a continuación viajarán a Liepaja para decirle adiós a la tierra y enfrentarse al asfalto de Roma, Barum, Hungría e Islas Canarias en noviembre. De todos los resultados sólo habrá un descarte. El compromiso entre regularidad y velocidad no puede tener más importancia para decidir quién asciende a la primera división de los rallyes…
Y os estaréis preguntando, ¿por qué han unido los caminos el promotor del WRC y Eurosport? Pues analizando un poco la situación, uno llega a la conclusión de que ninguna de las dos partes está detrás de todo esto sino una tercera, que algo sabe del business y por eso está aquí.
De momento solo M-Sport ha fabricado un coche de la categoría Rally3 y ante la falta de competencia y movimiento, la empresa británica necesitaba crear un hábitat natural para la nueva versión del Ford Fiesta si quería vender al menos unas pocas unidades. Vio en el certamen continental un escenario perfecto y ha matado dos pájaros de un tiro.
La segunda categoría Junior del ERC -llamada ERC 3– está reservada para pilotos menores de 27 años de edad que compiten con coches de la categoría Rally4 y Rally5 calzados con neumáticos Pirelli. El campeón de este año será premiado con la participación en tres rallyes la temporada que viene en un Ford Fiesta Rally3 pero si el triunfo lo ha conseguido con un Ford Fiesta Rally4, tendrá la oportunidad de disputar la primera categoría Junior al completo.
Dicho todo esto, poco o nada se le puede reprochar a la gente de M-Sport que ha hecho lo que haría cualquier otra empresa privada: asegurar carga de trabajo. Y además, ha tendido ese puente entre el Campeonato de Europa y el Campeonato del Mundo que faltaba hasta ahora y que necesitaban esos pilotos a los que el presupuesto no les permitía salir de las fronteras del continente y estaban abocados al fracaso.
Qué pena que haya tenido que venir una empresa a hacer todo esto y no haya sido la FIA la que haya trabajado por voluntad propia en favor del deporte y de los deportistas.