Desde un punto de vista empresarial, los rallyes son estrategias de marketing que utilizan las marcas para demostrar la valía de sus coches llevados al límite por las carreteras más estrechas y complicadas del mundo. Pero desde un punto de vista pasional, este tipo de competición es para mucha gente una forma de vida y una razón más para levantarse cada mañana. Miles de personas se desplazan por muchas ciudades del mundo cada año para poder vivir de cerca el Campeonato Mundial de Rallyes. Tal vez sea por la cercanía que la afición puede tener con los protagonistas de este peculiar deporte, tal vez sea por la emoción de ver, oír y tocar coches de carreras, o tal vez sea porque por unas razones o por otras, el WRC hace historia cada año que pasa por algún motivo.
Volkswagen decidió adentrarse en este mundo de las carreras con el modelo Polo R WRC, y lo cierto es que para ser una marca debutante, es imposible haberlo hecho mejor. La marca alemana lleva dos años dejando con la boca abierta a toda la familia de los rallyes, desde la afición hasta a la competencia más directa. Hasta hace más bien poco, estábamos acostumbrados a oír el nombre de Sebastien Loeb cada vez que se hablaba de estar en lo más alto del pódium en cualquier prueba del WRC. Por los parques de asistencia se repetía una y otra vez que posiblemente este piloto francés ha sido “lo más parecido a un dios que se ha podido sentar delante de un volante”. Pero en estos dos años, hemos descubierto que por el territorio galo hay buenas manos capaces de alcanzar la gloria en una competición tan dura como el WRC. El piloto francés, Sebastian Ogier se hacía con el título de campeón en el mundial de rallyes 2013 en la prueba de su tierra, el rally de Alsacia, después de correr el primer tramo. Como premio, su equipo le dejó libertad absoluta para correr todo lo que quisiera y ganar el rally de casa. Por si alguno tenía dudas, así fue. No fue fácil, porque su rival más directo, Loeb, estaba metido de lleno en la lucha, pero una salida de la carretera de obligó a abandonar. «Definitivamente, este es el fin de semana de rally más increíble de mi carrera deportiva: primero el título mundial y ahora la victoria en el rally de casa. ¡Es absolutamente fantástico! Ha sido una última jornada tremendamente difícil. Esta mañana el asfalto resbalaba muchísimo, pero el equipo hizo un trabajo fantástico. Obviamente, lo siento por Sébastien Loeb, porque lo ha dado todo para ganar y este tipo de cosas pueden pasar con unas condiciones tan difíciles. Le podría haber sucedido a cualquiera. Hoy es el momento cumbre de nuestra temporada. Y estoy absolutamente encantado. Quisiera darles las gracias a mis chicos. Todos hemos hecho un gran trabajo toda la temporada. Estoy muy orgulloso de lo que hemos logrado», afirmaba el piloto francés después del éxtasis de proclamarse campeón del mundo de rallyes. Esto fue sin duda, un hecho que pasará a la historia. Y por lo que llevamos de temporada, este año vamos por el mismo camino. De momento, Volkswagen es campeona del mundo. Lo que no sabemos todavía es con cuál de los tres pilotos. El que lo tiene casi imposible es Mikkelsen, pero entre Jari-Matti y Ogier, todavía hay pelea.
Cierto es que en el último rally de Alemania, nuestro querido Latvala cometió uno de los peores errores de su carrera, que fue salirse de pista a más de 50 segundos de diferencia con el segundo y con su compañero y rival fuera de carrera. Pero en fin… Las carreras son así. Manda la emoción, y si no fuese por estos detalles, no nos gustarían tanto. Ahora nos vamos a Australia, donde es posible que se decida el campeonato del mundo de pilotos, y aunque estemos a más de 30.000 km, sé que vamos a estar todos muy pendientes de lo que ocurra en Oceanía los próximos 11,12,13 y 14 de septiembre.
En un rally se come mal, no se duerme, se pasa frío, se pasa calor… Pero lo cierto es que algo debe tener más allá tanto para la afición, que es la más firme e incondicional de todo el automovilismo, como para los equipos, que mueven cielo y tierra para que este deporte no muera. Tal vez sea por que en un circuito ves mil veces lo mismo pasada tras pasada, y en un tramo ves mil cosas una sola vez…