Elfyn Evans ha declarado que la degradación sufrida en el equipo M-Sport (tienes más información en el enlace bajo estas líneas) le dejó en shock. En vez de ser el compañero de Mads Ostberg en la formación principal, el galés tendrá un programa parcial en la categoría WRC2 con un Ford Fiesta R5 de la escuadra dirigida por Malcolm Wilson, recoge autosport.com. En su lugar se queda Eric Camilli, antiguo «protegido» de Toyota, para más señas.
Tanto Evans como su compañero de equipo en 2015, Ott Tanak, fueron advertidos del riesgo que corrían sus puestos durante la inconsistente temporada pasada, pero el primero piensa que se le juzgó de forma injusta. «Creo que hice todo lo que estaba en mi mano y lo que me permitieron mis mejores habilidades. Para ser honesto, me sorprendió mucho la decisión. Sé que puedo hacer un buen trabajo en cualquier superficie y lo demostré en el Rallye de Gales. La percepción de la gente sobre el evento no es correcta al 100%», explica.
A pesar de todo, Wilson ha dejado claro que Evans podría volver a estar al volante del WRC en algunas pruebas de 2016. Y el piloto, por su parte, insiste en que su carrera en la máxima categoría de la disciplina no ha terminado; es más, piensa que puede modificar la opinión que se tiene de él en el parque de trabajo.
«Esto es un bache en el camino. Todo el mundo afronta épocas difíciles en su vida profesional, a menos que te llames Sebastien y seas francés, y ésta es mi etapa complicada. La gestionaré y volveré. Seguro que la gente está esperando ver una variación en mí este año», comenta. «No estoy de acuerdo con la decisión y mi única prioridad ahora mismo es regresar a un World Rallye Car lo antes posible. No creo que haya sido percibido siempre de la forma correcta. Quizá he pecado de modestia ante el ojo público, pero cambiaré. Tengo la confianza suficiente como para saber que puedo hacerlo», continúa. Desde luego, ése es el espíritu.