Correr con un coche, aunque bien cuidado y mantenido, no tan evolucionado como el de tus rivales y con alrededor de 20 caballos de potencia menos es un mérito. Pelear por la victoria, como así ocurrió en Ourense hasta que un inoportuno golpe echaba por tierra el trabajo, una primera machada que se confirmó un par de meses más tarde con motivo del pasado Rallye de Ferrol.
El que la sigue la consigue y Pablo Pazó logró su ansiada victoria entre los R2 en una de las pruebas más difíciles del campeonato y en la que los dos gallos de la categoría hicieron aguas. Habrá quién pueda creer que la victoria, así conseguida, desmerece. Pero esto son rallyes y además de correr, en pruebas como Ferrol hay que ser regular, tener suerte y no cometer errores. «Estaba claro que durante el domingo y por nuestra posición, a minuto y medio de Vallín y Senra y con otro minuto y medio sobre Mora, no teníamos otra opción que tratar de mantenerla. Así, salimos con ritmo pero a asegurar el resultado, realizando algún que otro buen crono», sostiene el piloto vigués.
«Obviamente como victoria me hubiera gustado más ganar en Ourense, porque allí estábamos todos en la pelea, pero esta también es una victoria importante para nosotros. Son cosas que pasan en las carreras, de la misma forma que en Ourense me quedé sin esa oportunidad por un error mío. Además, creo que el resultado aquí ha sido muy bueno. Hemos terminado sextos de la general scratch, lo que demuestra que también hemos corrido «, puntualiza.
Pablo agotó su racha de mala suerte, iniciada en el Rallye Rías Baixas, al paso por el shakedown de Ferrol, donde dejó maltrecha la suspensión delantera derecha de su Ford Fiesta. «No contábamos con esa piedra. Era una zona donde no se cortaba, pero debía estar en el límite de la carretera. El caso es que la tocamos y hubo que reparar, con lo que comenzamos el rallye todavía con el susto y adaptándonos a correr con este coche en lluvia y con ruedas de mojado; cosa que no habíamos hecho hasta el momento. Esto también se notó, porque no tenemos la posibilidad de realizar tests previos en los que ya adelantas ese trabajo que luego tienes que hacer en tramo», se lamenta.
El rallye, no obstante, fue de menos a más. «En las primeras pasadas nos caían por todos los lados, hasta 30 segundos por tramo, así que reaccionamos y en la siguiente sección bajamos entre 30 y 35 segundos. En el último tramo, el de Ferrol, volví a equivocarme al salir sin la parrilla encendida, creyendo que no me haría falta… y era necesaria. El accionador de los faros se encuentra en una consola que hay entre los asientos y, en medio de un tramo, tratar de buscar el botón es complicado. Toqué el que no era y apagué el motor, así que entre arrancar de nuevo y demás…»
Saliendo desde la tercera posición el domingo, como ya comentamos, la carrera dio un giro radical para Pablo Pazó. «El último tramo fuimos por el asfalto, sin tocar ninguna cuneta, no cometiendo errores y disfrutando… sí, también se me hizo largo por momentos», comenta entre risas. El caso es que esta victoria, unida a la baja de algunos de sus principales rivales, devuelve las esperanzas al piloto gallego para lo que resta de temporada en una categoría que, como reconoce, «creo que es el salto ideal para la gente que viene de copas como la Suzuki Swift. Aprendes mucho con este tipo de vehículos, porque te ofrecen un buen nivel de prestaciones así como sensaciones de auténtico coche de carreras. Creo que de alguna forma la Federación debería implicarse más con la R2, como así lo ha demostrado en lo que a mí me toca el equipo Rallycar R2 Team, apostando por poner tres vehículos en carrera. Está claro que interesa la categoría, sobre todo tras lo visto en Ferrol, donde estábamos 13 equipos inscritos. Con las últimas carreras que se han visto, creo que estamos dando vidilla a los rallyes».
«Por lo que respecta a mi coche, está claro que hay diferencias evidentes con los Peugeot 208 y Opel Adam. Es como comparar un WRC de 2009 con uno de 2014. Si te los dieran a elegir, creo que nadie lo dudaría. En ese período de tiempo hay evolución técnica y muchas mejoras en suspensiones y otros aspectos, además de la evidente diferencia en cuanto a prestaciones. El Fiesta 1.6 cuenta con 165 CV, frente a los 185 o más que pueden tener los otros. Aún así, si el rallye no cuenta con muchas zonas rápidas y de potencia, o está mojado, siempre se igualan algo más las cosas», reflexiona Pablo Pazó acerca de la unidad que ha llevado a la victoria en Ferrol y que, para él, «ha sido un gran salto desde el Suzuki de la copa. Imagínate, cambio secuencial, un gran paso por curva… todo ha sido muy distinto, pero creo que he logrado ponerlo a mi gusto para el asfalto seco e incluso, tras este fin de semana en Ferrol, para condiciones de mojado».
Victoria en mano, Pablo no quiere terminar nuestra charla sin dar agradecimientos, ¡por descontado!. «Quiero dedicar esta victoria a todo el equipo; a Manel, Marisol y a Rocío, mi pareja, que siempre están ahí, apoyándome. Merecíamos un resultado así después de cinco carreras y dos abandonos. También a los patrocinadores, Rallycar y Rallystore. Y por último me gustaría agradecer el gran trabajo de José Antonio, mi copiloto en este rallye. Lo ha hecho genial y espero que sea la primera de muchas victorias».