Gracias, Carlos. Bienvenido, Manuel

| 19/12/2016

Con sus aciertos y sus fallos, con sus cosas buenas y sus cosas malas, con sus polémicas y sus transparencias, lo cierto es que hemos tenido durante 32 años un presidente al que no le ha importado dedicar el 100% de su tiempo a ser eso, el Presidente de la Real Federación Española de Automovilismo.

Desde ayer por la tarde, el automovilismo español ha tomado un rumbo diferente, un rumbo desconocido para todos, pero que ha llenado de confianza y de ganas de seguir a muchas organizaciones y personas que se sentían desorientadas y desamparadas. Otras han aceptado la nueva noticia con escepticismo y prudencia, poniendo práctica el popular refrán, «Más vale lo malo conocido…». Para muchos es más «politiqueo», para otros es apasionante, y para unos pocos, incluso llega a ser algo indiferente… Pero con toda esta multitud de opiniones, lo cierto es que Manuel Aviñó ha adquirido un admirable compromiso con nuestra pequeña comunidad, después de muchos años de lucha por intentar cambiar y renovar los pilares fundamentales del deporte del motor en España.

Precisamente por eso, lo difícil viene ahora. El propio Manuel me decía que había muchas preguntas a las que ahora no podía responder, porque no sabía lo qué se iba a encontrar cuando llegara a ese despacho del viejo chalet de Aravaca y tuviera que empezar a trabajar.

Ahora tenemos que ser pacientes, porque no va a venir todo rodado. No va a ser fácil buscar los nuevos objetivos marcados. No va a ser un camino de rosas ir de la mano de todo el mundo. El trabajo va a ser duro y agotador, y se tendrán que tomar muchas decisiones que a veces no serán agradables, pero si hemos tenido fe hasta ahora, habrá que tenerla también después. La confianza ante esta alternativa estaba en las redes sociales, blogs, páginas webs… Pero ahora está en los votos. Ahora es oficial y no hay marcha atrás.

No podemos ser hipócritas. Con todas sus cosas malas, los errores cometidos, y las polémicas generadas, tenemos que agradecer a Carlos Gracia por sus años de dedicación al deporte. Aunque para un cargo de esta importancia sean demasiados, no dejan de ser 32 años de trabajo, que se dice pronto. Así que, con todo, gracias, Carlos.

Y por la parte nueva, a Manuel le deseo la mejor de las suertes. Confío en su buena voluntad y sus ganas de hacer del automovilismo español un deporte mejor. Confío en su preparación y en sus conocimientos. Confío en su forma de abarcar los problemas y de enfrentarse a lo que le espera, que como decía más arriba, no va a ser fácil, pero esperamos que sea posible.

 

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