El levantamiento del 2 de mayo es el nombre por el que se conocen los hechos violentos ocurridos en Madrid en 1808 a raíz de la protesta popular reprimida por las fuerzas napoleónicas de Murat y plasmada con desgarro por Francisco de Goya en sus lienzos, que acabaría extendiéndose a todo el país y desembocaría en la Guerra de la Independencia.
Si esa fecha es importante en la historia de España, en el contexto que nos concierne no es menos significativa. Apenas separados por un año en una Córcega bella, pero maldita, fallecieron primero Attilio Bettega y después el recordado Henri Toivonen conduciendo sus Lancia con el numero 4 en sus placas y dorsales.
Tan solo dos años antes del accidente del piloto italiano, tres del deceso del finlandés, en esa misma fecha, el 2 de mayo de 1983 había nacido en la ciudad de Torrelavega, Dani Sordo Castillo. Su futuro cuando contaba con 22 primaveras parecía predestinado como el de los mejores: campeón del Mundo Junior, bajo la tutela de el bicampeón español Carlos Sainz y apadrinado para ingresar en las filas del equipo Citroën.
Cierto era que estar a la sombra de un fuera de serie como Sebastien Loeb no iba a ser fácil. Primero se trataba de aprender y luego, poco a poco, de tratar de poner en dificultades al piloto galo como en el Rallye Cataluña del año pasado. Pero al joven cántabro que ya hace algún tiempo reconoció en público que había pasado mucho tiempo aprendiendo a perder; le ha pasado un poco como a Raymond Poulidor. Conocido como ‘Pou Pou’ (léase Pupú) fue un gran ciclista francés que a lo largo de diecisiete años de carrera nunca pudo ganar ni el Tour de Francia ni el Giro de Italia, en parte por coincidir con, su compatriota Jacques Anquetil y el belga Eddie Merckx (ganadores ambos en cinco ocasiones de la ronda francesa).
Cinco años más tarde de su entrada en el WRC, Dani Sordo celebraba su vigésimo séptimo cumpleaños hace unas semanas, siempre ese 2 de mayo, sin celebraciones especiales en casa poco antes de partir a disputar el Rallye de Nueva Zelanda. El podio le había evitado en las cuatro citas anteriores y el ‘recambio’ francés no podía meter más presión. Si bien el de Puente San Miguel realizó como en Jordania y Turquía una excelente primera etapa que le situaba inmejorablemente para las siguientes; la indecisión, la mala suerte, el miedo a comprometer los puntos para su marca, o lo que cada uno quiera pensar, volvieron a hundirle en el olvido. Y menos mal que en el último momento la carga del ‘Mameluco’ se quebró a tres curvas del final… .
¡Ay, Daoíz, ay Velarde, todos aquellos que caísteis en el Cuartel de Monteleón, el Salón del Prado o los campos de la Moncloa luchando contra el francés invasor: ¿fue en vano el derramamiento de vuestra sangre?, ¡Ay, Dani: ¿por qué no ‘morir’ matando…?!. Solo ‘Un día de cólera’.
Esteban Delgado
*Hiperfocal: Dícese de la distancia más corta a la que puede enfocarse un objetivo de forma que su profundidad de campo se extienda hasta el infinito.