Conocí a Javier del Arco de Izco cuando entre el grupo de amigos del colegio la Fórmula 1 había pasado a un segundo plano en nuestros intereses dentro del deporte del automóvil, fundamentalmente tras la desaparición del Gran Premio de Montjuich y decantado hacia los más populares y asequibles de ver, los rallies del campeonato de España.
Coincidió que Jesús Hernández, compañero de colegio desde los siete años y de una docena de cursos más en La Salle Congreso, y yo tuvimos que realizar el curso de COU en los Maristas del barcelonés Pº de San Juan. Allí dio la casualidad de encontrarnos con otro ‘quemado’, Alberto Closas (nada que ver con el actor), en este caso de las 24 Horas de Le Mans y todo lo que tuviera que ver con los Sport-Prototipos, que vivía justo enfrente de Travesera de Las Corts 200 donde residía quien era y fue el mejor periodista español de Fórmula 1, y que a finales de 1979 se aprestaba a hacer realidad su sueño, una revista propia continuadora de la calidad de ‘Fórmula’, la revista ‘tótem’ de finales de los ’60 y ’70 donde destacó con sus reportajes e historias sobre la F-1 y sus protagonistas.
Con el gusanillo de la fotografía ya en mi interior y sin más posibilidad de expansión ‘profesional’ que enseñar mis diapositivas en la sede de la Escudería KMC, gracias a Alberto pude llevar mi ‘book’ a la oficina alquilada en los edificios Trade, sede de ‘4 Tiempos’ y ante el beneplácito al mismo de Javier obtuve el encargo de hacer las fotografías del Rallye Cataluña de 1979. Fue así como finalmente pude ver por primera vez mi nombre como fotógrafo en papel impreso y publicadas una foto en color del ganador, ‘Beny’ Fernández con el Fiat 131 de SEAT Competición y tres en blanco y negro en el nº 3 de la revista ‘4 Tiempos, lo que no era poco. Así que sin novias en el horizonte, ni cercano ni lejano, buena parte del tiempo de que disponía después de la Facultad de Ingeniería lo empleaba en aparecer por el octavo piso del ovalado y famoso edificio para intentar organizar el archivo fotográfico y tratar de que me fuera adjudicado un nuevo encargo. Pero cuando saltó la noticia del cierre de SEAT Competición, Javier, sin pensárselo, creo que nada más dando una calada a su inseparable pipa, nos encomendó a Alberto, a Jesús (estudiantes entonces de Periodismo o Ciencias de la Información, según gusten) y a mí un reportaje de doce páginas sobre la historia del departamento de rallies de la marca española para el número 4.
De esa manera los tres amigos pasamos de ver a los Zanini, Cañellas o ‘Beny’ en la distancia como unos simples aficionados a, grabadora de ‘casete’ en mano, entrevistar a nuestros héroes o a hablar de tú a tú de datos técnicos con un Vicente Aguilera que incluso nos facilitó su libreta personal donde anotaba cada una de las participaciones, con matrícula, problemas y resultados de los famosos ‘taxis’. Fue un reportaje irrepetible, digno de haber sido elevado a la categoría de libro y por el cual fuimos felicitados y tras el que yo decidí que, a poco que fuera posible, quería seguir los pasos de Javier.
Lamentablemente, la producción entonces de una revista como ‘4 Tiempos’ era muy costosa, con su lomo
americano, 96 páginas de papel satinado de gramaje 120, en una época sin ordenadores en la que los costes de la fotocomposición eran importantes y los precios de los fotolitos en color, pese a medir las fotos con cuentagotas, tan caros como un riñón; era tan insoportable por parte de ninguna de las familias ni Del Arco ni Cristiá (la de su mujer, Josefina) que siquiera llegó a celebrar su primer aniversario.
Yo me resistía a perder esa oportunidad y como por aquel entonces, Martin Holmes, mi referencia en el mundo de los rallies, ya llevaba dos ediciones de su mítico ‘World Rallying’, sugerí a Javier la posibilidad de hacer algo parecido con carácter anual de forma que él no tuviera que dejar su nuevo trabajo en ‘Mundo Recambio’, la revista especializada en componentes de automoción que Jordi Viñals, exdirector de ‘Fórmula’ había puesto en pie con toda su familia para superar el cierre de Bultaco, donde había ido a parar tras la desaparición de ‘la madre de todas las revistas del deporte del motor nacionales’.
La idea caló en Javier y como tal merecí un par de líneas en el editorial del ‘Libro del Año 1981-1982 del Automovilismo Deportivo 4 TIEMPOS’. De ese año recuerdo que el 23-F me pilló en casa de Javier recién llegado de las clases en Tarrasa y que en septiembre logré sacarme de encima dos asignaturas del último curso y el Álgebra de primero que muchos arrastrábamos dada la inflexibilidad de la profesora numeraria, que no se arredraba ante nada, ni siquiera las manifestaciones que hubo en su contra… . Pude así viajar tranquilo por primera vez al Rallye Sanremo, donde fui testigo de la primera victoria de una mujer en el Mundial de Rallies, Michèle Mouton, aportando cinco de las ocho fotografías en color que había en las 34 páginas dedicadas al campeonato en el primer anuario… . Además, cuando Javier empezó a trabajar en la Feria de Barcelona, me recomendó en ‘Mundo Recambio’ donde empecé a colaborar para sacarme algún dinerillo y seguir financiando mis viajes a los rallies.
Al año siguiente decidí hacer el curso ‘puente’ para poder afrontar los dos últimos cursos de la carrera Superior, pero prácticamente dediqué tanto las horas lectivas como las de hincar los codos a ‘mariposear’ en el estudio de Josep Maria Vallbona, el diseñador entonces de ‘4 Tiempos’, revista y libros, entonces y hoy de mi propio anuario ‘Imágenes de Rally’, con las consecuencias que uno podía esperar. Hasta el punto de que ya no había excusa para escapar a lo inevitable: el servicio militar, aunque por fortuna fui destinado a la Compañía de Policía Militar nº 63 de Pamplona, donde no encontré obstáculos desde el puesto de furriel a seguir desarrollando el tercer anuario de la serie entre estadillos de cocina con la complicidad de mi capitán Manuel Jaramillo Rodrigo, e incluso ‘fugarme’ a los rallyes de Sanremo y Portugal.
Con la ‘blanca’ en el bolsillo y tras un único intento de lucir el diploma de Ingeniero Técnico Mecánico en Gas Natural, el empujón definitivo a lo que ha sido mi vida profesional fue posible gracias a que Javier logró colocarme a finales de 1984 como especialista deportivo del motor el diario vespertino barcelonés ‘El Noticiero Universal’, en el que sería el último intento por reflotarlo, donde recibí mi primera nómina, creo que unas 125.000 pesetas de la época antes del cierre del rotativo apenas medio año después. Pero mi suerte estaba echada y a partir de entonces pude combinar medios tan distintos como el mensual ‘Solo Auto 4×4’, los reportajes industriales de ‘Mundo Recambio’ y un sueño hecho realidad como enviado especial de ‘Motor16’ a los rallies del Mundial después de presentarme en la capital del Reino ante Alberto Mallo, redactor jefe de la misma, con un ejemplar del anuario ‘4 Tiempos’ como tarjeta de visita.
De tal forma que, todo sumado, podía viajar con libertad y seguir coordinando el anuario cuando estaba en casa. Los años iban pasando y ya eran cinco ediciones del libro, de forma que lo que había empezando siendo una ilusión, sin mirar el contador de las horas de trabajo a lo largo de doce meses, se oponía a unas actividades mucho mejor remuneradas para alguien ya con veintisiete primaveras. Las diferencias económicas de una labor y otra eran evidentes y Javier ya tenía sus propias cargas económicas como para poder satisfacer de alguna forma mis aspiraciones así que la quinta edición, la de 1985-1986, fue la última donde apareció mi nombre.
Javier continuó haciendo el ‘Libro del Año del Automovilismo Deportivo 4 Tiempos’, dos temporadas más y yo proseguí mi camino, al final tan sólo en Motor 16 dado que ‘Solo Auto 4×4’ se transformó en ‘Solo Auto Actual’ con carácter semanal y presentaba una incompatibilidad. Casualmente me volví a encontrar con Javier en la sala de prensa del RAC Rally de Inglaterra, en Chester, en noviembre de 1987, donde había acudido como enviado especial de la misma antes de enterarme pocos meses después de que dejaba de editar el anuario, así que le escribí una carta interesándome por las razones, expresándole mi tristeza además de agradecerle el hecho de que firmara unas fotos mías de la prueba del Jaguar XJR12 que había hecho Fermín Vélez para la revista del grupo Alesport. Y aproveché también la ocasión para preguntarle quién era Michael Wittmann, mi sustituto firmante en las dos crónicas sobre el Mundial de Rallies de los dos últimos libros.
Poco tiempo después, Javier me hizo llegar la siguiente carta escrita en una cuartilla con membrete del Hotel Atlántico, de Monte Estoril, en Portugal:
23-09-88
Estimado Esteban,
Recibí tu carta, que aprecio por lo que representa,
Ciertamente, es lástima dejar de hacer el libro. Pero, ¡qué le vamos a hacer!. El tiempo, ‘Solo Auto Actual’, mis 43 tacos, mis hijos…¡qué sé yo!. Puede que todo a la vez sea la causa.
Me sabe mal y no me sabe mal. Es así. Lo del crédito de tus fotos, a Dios lo que es de Dios,… La desenfocada (como los pies de página de publicidad que faltan) son lagunas debido a la falta de tiempo para coordinarlo todo.
Michael Wittmann, Hauptsturmführer del 501º grupo de carros pesados –Köenig Tiger- de la 12ª SS Panzerdivisión ‘Hitler Jugend’, fue el as de los ases de la caza de carros durante la II Guerra Mundial con 132 piezas enemigas destruidas. Murió en Falaise, Francia, el 8.08-44.
Cuando vi el nombre del colaborador no me pude resistir a aceptarlo.
Espero que te vaya muy bien.
Al fin y al cabo, lo quieras o no, tú empezaste y te hiciste en ‘4 Tiempos’ y cada uno de tus logros en la vida me alegrará.
Aunque no pueda pagártelo…
Un abrazo que espero no rechaces
Javier
Después de esa misiva pasó casi una década sin vernos, aunque supongo que cada uno tenía noticias del otro por conocidos comunes. Cuando en 1996 decidí unir mi destino al de Yvonne, mi mujer, no dudé en incluir a Javier en la lista de invitados para la boda, a la que acudió sin falta, creo que ya con síntomas de la enfermedad que se lo ha acabado llevando. Y su regalo de boda fue muy especial ya que para la ocasión encargó a Juan Carlos Ferrigno un óleo del Seat 124-1800 de Antonio Zanini a su paso por el Col de Turini en el Rallye de Monte-Carlo de 1977 que desde entonces luce en el salón de mi casa.
Con su habitual profesionalidad, su integración en el entramado editorial de Jaime Alguersuari le llevó a asumir el reto de cubrir el Mundial de Motociclismo durante dos temporadas y seguir trabajando en su obra cumbre ’40 años de automovilismo deportivo en el circuito de Montjuich’ y que me hizo llegar con la siguiente nota: ‘A Esteban (Delgado Contreras, evidentemente) que ha demostrado ser tan cabezota como yo…o más….’. El libro quedó complementado con otro sobre motos en el mismo trazado, tan exhaustivo y documentado como el primero, pese a haber vivido doce temporadas con el Parkinson como él mismo explicó en las solapas de la sobrecubierta.
Cuando en 2002 edité por primera vez ‘Imágenes de Rally’, le llevé a su casa un ejemplar, acto que se repetiría anualmente y que se complementó dos años más tarde con la entrega de un ejemplar de ‘Imágenes de Carlos Sainz’, en su edición limitada y numerada, el nº 13 en homenaje a su ya clásica columna ‘Desde el box nº 13’. Acto que casi coincidió en el tiempo con el homenaje que el RACC le hizo en 2004 para el que encargué a mi amigo Jim Bamber uno de sus característicos ‘cartoons’ en el que retrató a la perfección al personaje pese a no conocerlo personalmente.
Poco después, en diciembre de 2008, cumplí medio siglo y Javier tampoco quiso perderse la cena-sorpresa que Yvonne me organizó por ese motivo con mis amigos más allegados y donde coincidió con Antonio Zanini. Luego, cuando recibí el encargo de la Fundación RACE de escribir la biografía del ‘Marqués de Viladrau’, Javier fue la primer personalidad en responder raudo a la petición de un texto sobre quien además de haber sido un compañero de aventuras de juventud fue diez veces campeón de España de Rallyes y una de Europa. En el mismo, se condensa su estilo, natural, con su punto de ironía, de fácil lectura y que, lamentablemente, se ha convertido en un documento póstumo que espero pronto vea la luz si no en el libro predestinado, sí en el próximo ‘Imágenes de Rally 2013-14’, si Dios quiere.
Lamentablemente, en los últimos tiempos las conversaciones con Javier resultaban con frecuencia difíciles, por ser casi ininteligibles a causa del Parkinson, y es que su ‘chasis’ (cuerpo), inestable, apenas era capaz de aguantar las demandas y requerimientos de un ‘motor’ (mente) que funcionaba a pleno rendimiento con todos sus recuerdos, ocupado los últimos años en su propia biografía tan dilatada que, por desgracia y pese a su extensión, no llegó a sus comienzos periodísticos y que resulta, por tanto, creo, imposible de llevar a buen puerto por quienes le han rodeado.
Me parece que a lo largo de más de tres décadas como reportero (nada dicharachero…) ‘freelance’ he tenido suerte con mis ‘jefes’, porque casi nunca lo han sido. Con Javier del Arco de Izco esa relación fue algo más porque leyendo sus escritos, sus reportajes, sus historias uno mismo se animaba tratar de emular su estilo literario, fácil, que enganchaba al lector y que le ‘teletransportaba’ a los circuitos en una época donde los actuales medios de comunicación eran impensables. Su dominio del lenguaje escrito era tal que sorprendía incluso a quien le conocía, como cuando escribía los ensayos ‘racing’ que realizaron para el libro primero Salvador Cañellas sobre vehículos como el R5 Turbo de ‘Genito’ Ortiz o después Juan Fernández del Lancia 037 Rally y el Peugeot 205 Turbo 16, a los que tuve oportunidad de asistir para cubrir la sesión fotográfica. Le bastaban las impresiones, someras en alguno caso, del piloto que hasta me dio el caso de pensar yo que de alguna forma lo había vivido él mismo.
Y creo que después de casi cinco folios no he dicho lo que representó Javier del Arco de Izco en mi vida profesional y ya va siendo hora, fue sencillamente la persona que me enseñó a amar esta profesión y a sacrificar muchas cosas por ella, mi maestro.
«Ingeniero, periodista, fotógrafo, Padre, Católico… y de Derechas (Barcelona, 17 de abril de 1946/…de……..de 2….). Por favor, completa tú la fecha porque, como comprenderás, yo…», rezaba su propia esquela, escrita de su puño y letra, a la que seguían dos textos más tratando de quitar hierro a un ‘asunto’ al que lamentablemente no pude asistir ya que la noticia me pilló recién llegado a la sala de prensa del Rallye de Monte-Carlo en Valence, después de haberle visitado un par de meses antes junto a Valentí Fradera en la residencia donde estaba ingresado tras su última crisis. Casi se me saltaron las lágrimas, pero no pude evitar aporrear continuadamente la mesa ante el asombro de mis colegas, impotente, mientras maldecía esta vida que se nos escapa entre los dedos sin que nos demos cuenta.
Desgraciadamente, su última voluntad fue lo que tuve que hacer hace pocos días al final de su escrito sobre Antonio Zanini, donde en cuatro líneas, escasas por otro lado, había tratado de resumir una larga vida dedicada al automovilismo deportivo y a su familia.
DEP
Esteban Delgado
*Hiperfocal: Dícese de la distancia más corta a la que puede enfocarse un objetivo de forma que su profundidad de campo se extienda hasta el infinito.