Finalmente el pasado 18 de marzo el Consejo Mundial de la FIA se decantó a favor de los vehículos Super 2000, puros y duros, como sustitutos de los actuales WRC a partir de 2011 dejando de lado el famoso kit de turbocompresor de ‘quita y pon’ que pedían algunos constructores para mantener unas prestaciones parecidas a las actuales.
O sea que si queremos imaginarnos cómo será el futuro de los rallyes solo tenemos que cerrar los ojos o acudir al ‘YouTube’, para recordar algunos de los tramos disputados sea en Noruega o Chipre por el Skoda Fabia S2000 del sueco Patrick Sandell.
¿Es esa decisión un paso atrás?, la falta de espectacularidad o una menor velocidad de los vehículos de rallye ¿va a afectar a su popularidad?. Lo que está claro es que las medidas para tratar de restablecerla a niveles de apenas media década no iban a ser bienvenidas ni entre los aficionados ni los pilotos ni los fabricantes. Pero la actual crisis económica ha empujado a la FIA a dar ese paso polémico, pero que representa la única esperanza de revitalizar este deporte. Si el motor de un WRC es lo más costoso del conjunto, otras piezas como una caja de cambios de un Subaru Impreza llegan a alcanzar los 100.000 euros, mientras que la tendencia actual de los equipos es el costoso traslado de pesos del eje delantero al trasero a base de aligerar distintas piezas del motor como único apartado todavía susceptible de trabajo. Por el contrario en los vehículos Super 2000 tienen fijado un precio máximo para cada pieza además de existir hasta tres proveedores de cajas de cambio, Sadev, X-Trac y Riccardo, independientemente que uno sea mejor que otro, lo que redunda en los costes.
Ya con los ojos cerrados, no creo que el dolor sea mayor que el que se pudo contemplar en el primer tramo del Rallye de Montecarlo de 1987, la clásica subida ciclista de L’Alpe d’Huez, de 2,21 km, al paso del Lancia Delta HF 4wd de Juha Kankkunen con todavía frescas en la memoria las evoluciones del piloto finlandés dos meses antes en el RAC Rally al volante del Peugeot 205 Turbo 16 Evo 2. Los actuales vehículos WRC son actualmente prácticamente hechos a medida como los viejos Grupo B, en contra de una reglamentación de grupo A que implicaba la construcción de 5.000 ejemplares con todas sus virtudes y sus defectos. Por eso se ha llegado a cotas económicas y de desarrollo técnico que hacen muy difícil que una marca interesada sea competitiva desde el primer momento, como puso de relieve Suzuki.
Ello deja paso a una posible fusión del WRC y del IRC, lógica aunque los promotores de éste se nieguen a ello o pretendan hacernos creer que es un campeonato para equipos privados pese la presencia pseudo oficial de Peugeot y Fiat. ¿O creen acaso que igualdad de reglamento técnico los del León y el Escorpión van a seguir compitiendo en un certamen sin la etiqueta de Mundial?
La FIA ha dejado abierta la posibilidad de dejar paso en 2013 al uso de motores de 1,6 litros sobrealimentados. Pero convendría recordar que el motor del Peugeot 205 Turbo 16 de 1985 tenía una cilindrada de 1.775 cc…. Y si como ha quedado claro en España el año pasado resulta más costoso correr con un Super 2000 que con un GT como el Porsche 911 hasta podría darse el hipotético caso de una vuelta al pasado, un hecho que nos atrajo a muchos al mundo de los rallyes hace unas décadas: la posibilidad de ver modelos de alta gama compitiendo en las carreteras y no solo haciendo girar cabezas a su paso en las calles de una ciudad. “Wait and see”, que dicen por ahí. O soñar no cuesta nada, mejor dicho.
Esteban Delgado
*Hiperfocal: Dícese de la distancia más corta a la que puede enfocarse un objetivo de forma que su profundidad de campo se extienda hasta el infinito.