Con el inicio de la temporada 2009 llegó un extraño Montecarlo, una vez más fue la primera de las grandes pruebas internacionales, pero en esta ocasión no pasó ni un sólo WRC por sus carreteras. La FIA ha puesto en marcha su sistema de rotación y este año no toca Mundial, ello ha beneficiado al IRC que inicia su cuarta temporada con una de las pruebas más míticas de todos los tiempos.
La organización decidió plantear un recorrido más a la vieja usanza, corriéndose durante la semana con un desarrollo más lineal. Todas esas circunstancias se notaron en la presencia de público en las cunetas, ya que los espectadores no acudieron como en las citas de Mundial. Aunque no hay mal que por bien no venga ya que el rallye se convirtió en más sencillo de seguir para los que sí acudieron. En el terreno deportivo, una nueva marca y la curiosidad por comprobar la competitividad del Skoda Fabia S2000 movieron al público hacia los tramos. Aunque no sólo el público mostró curiosidad por el nuevo S2000 de Skoda, ya que en Mónaco pudimos ver a Alberto Hevia y Enrique García Ojeda hablando con los responsables de la marca.
Como ya es habitual en la prueba, la presencia del hielo y la nieve trajeron de cabeza a unos equipos que se ven casi siempre obligados a realizar una monta de neumáticos de compromiso que permita pasar por tramos en los que las condiciones climatológicas cambian a lo largo de su desarrollo.
En la primera etapa el hielo fue el principal protagonista y sólo en el último tramo del día la nieve hizo acto de presencia. El primer líder de la prueba fue Nicolas Vouilloz quien montaba ruedas de clavos en su Peugeot 207 S2000, sorprendía el crono de Juho Hanninen ya que a pesar de no llevar clavos en su Skoda Fabia S2000 marcaba el segundo mejor tiempo a 2,3 del francés. En la tercera plaza se encontraba Toni Gardemeister con un Abarth Punto S2000 del equipo Astra, el finlandés se quedaba a 16,3 de la cabeza tras sufrir con el empañamiento del parabrisas y con una caja de cambios que no parecía ir muy fina. Por el camino se quedaban Didier Auriol y Luca Rossetti, ambos se salían casi en la misma curva, mientras que Jan Kopecky sufría la rotura de la dirección asistida que le retrasaba más de 4 minutos con respecto a la cabeza.
En el segundo tramo tan sólo se podía encontrar hielo en las zonas umbrías, Stephane Sarrazin (Peugeot 207 S2000) lo aprovechó para sacar partido de sus neumáticos con clavos marcando el scratch, en la segunda plaza se encontraba se clasificaba Giandoménico Basso (Abarth Punto S2000) mientras que Kopecky era tercero a pesar de seguir con los problemas de dirección asistida. El que mejor partido sacó de la situación fue Hanninen, ya que sus ruedas de nieve sin clavos no le permitían ser el más rápido en los tramos pero sí en el cómputo global. Sebastien Ogier llevaba la misma monta que Hanninen y se lograba colocar en la cuarta plaza con el 207 S2000 del BF Goodrich Drivers Team.
La nieve hizo acto de presencia en el último tramo del día, sus 7 últimos kilómetros estaban totalmente cubiertos. Las tres primeras plazas fueron para pilotos de Peugeot, Kris Meeke marcó el scratch, seguido de Sarrazin y Loix. Vouilloz golpeaba el frontal derecho contra un banco de nieve y llegaba a meta sobre la llanta, Basso reconocía haberse equivocado con las ruedas durante todo el día mientras que Kopecky estaba exhausto tras pilotar toda la jornada sin dirección asistida.
La jornada finalizaba con el liderato de Hanninen, el único de entre los primeros clasificados sin experiencia en el Montecarlo, seguido de Sarrazin a 11,9, Vouilloz a 33,9, Ogier a 49,5 y Loix a 54,6.
Durante la segunda etapa, Hanninen continuó aumentando distancias con sus rivales en parte gracias a sus prestaciones y también a los problemas de sus competidores. En el primer tramo del día tenía una salida de pista aunque podía continuar la marcha con un golpe en el frontal izquierdo. Vouilloz rebotaba contra un banco de nieve, dañando su 207 tanto en el la trasera izquierda como en la delantera derecha, llegaba a meta rodando sobre la llanta. Meeke tampoco se libraba de golpear su coche, pero lograba marcar el segundo scratch, justo por delante de Gardemeister. El hielo siguió causando estragos en el siguiente tramo, todos los pilotos tomaban muchas precauciones, pero Meeke golpeaba la trasera de su coche, perdiendo la rueda trasera izquierda. Por su parte Ogier tenía problemas al cambiar las marchas ya que se le había roto la palanca del cambio, mientras que a Vouilloz le rompía una pinza de freno y sólo frenaba con tres ruedas. El bucle de tres tramos finalizaba con el liderato de Hanninen, seguido de Ogier a 1,24 y Loix a 1,36. Meeke era cuarto y Gardemeister, quinto, el primero de los Abarth.
El séptimo tramo comenzaba con el abandono de Vouilloz al salirse de la carretera. El scratch era para Ogier, seguido de Loix, Gardemeister y Hanninen. Kopecky estaba contento y lograba remontar hasta la séptima plaza, justo entre Meeke y Anton Alen. En el octavo tramo, Hanninen marcó el scratch seguido de su compañero de equipo Kopecky. Las humedades y el hielo traían de cabeza a todos los pilotos y ninguno de ellos parecía estar contento con la monta de neumáticos elegida.
En el último tramo de la jornada Ogier asumió el liderato de la prueba cuando Hanninen pinchaba. El finlandés optó por continuar los 15 kilómetros restantes sin cambiar la rueda, cayendo hasta la tercera plaza a 54,8 segundos de Ogier. Entre ambos se colocaba Loix mientras que Meeke era cuarto y Gardemeister quinto. El rallye daba un nuevo giro y los franceses empezaban a soñar con una victoria de su joven promesa.
La última etapa del rallye constaba de cinco tramos, uno disputado a primeras horas de la mañana y el resto ya de noche en las inmediaciones del Turini. Ogier sacó provecho de su conocimiento del primer tramo del día, mientras que Hanninen probablemente fue víctima de la presión, volcando su Fabia. Con Hanninen fuera, Gardemeister se colocaba en la segunda posición, seguido de Loix, Sarrazin y Kopecky.
En la primera pasada por el Turini, el scratch fue de Loix seguido de un Gardemeister que se quejaba de problemas en el embrague. En la tercera plaza finalizó Alen mientras que el cuarto en el tramo fue Kopecky. Ogier, quinto, decía estar conservando su plaza y no asumir ningún riesgo. Gardemeister no tomó la salida en el siguiente tramo al abandonar en el enlace. Basso fue el más rápido, Ogier con Gardemeister fuera tenía una ventaja de más de dos minutos sobre Loix con lo que se lo tomó con muchísima calma, perdiendo más de un minuto en el tramo.
En la siguiente pasada por el Turini, Sarrazin montaba clavos y era el más rápido con una diferencia de casi 30 segundos sobre Kopecky y de casi 40 con Basso. Aunque nada cambiaba la clasificación final.
El último tramo fue también para Sarrazin, Kopecky intentó pelear con él por la tercera plaza pero no pudo con el francés. A pesar de ello el equipo Skoda se mostraba muy contento en el debut de su Fabia S2000, un coche que no volverá al IRC hasta el Rally Sata Açores en Portugal. Ogier no sucumbió a la presión y encabezó un triplete de Peugeot junto con Loix y Sarrazin, el joven francés ya es el nuevo ídolo en su país y más de un periódico lo calificaba como el sustituto de Loeb.
77 Rallye Montecarlo, clasificación final.
1. S.Ogier/J.Ingrassia (Peugeot 207 S2000) 4:40:45,7
2. F.Loix/I.Smets (Peugeot 207 S2000) a 1:43,6
3. S.Sarrazin/J.Renucci (Peugeot 207 S2000) a 2:21,6
4. J.Kopecky/P.Stary (Skoda Fabia S2000) a 3:17,3
5. G.Basso/M.Dotta (Abarth Punto S2000) a 4:28,0
6. A.Alen/T.Alanne (Abarth Punto S2000) a 10:49,7
7. F.Romeyer/T.Fournel (Mitsubishi Evo IX) a 20:30,3
8. O.Burri/F.Gordon (Abarth Punto S2000) a 21:23,0
IRC 2009, clasificación provisional pilotos.
1. S.Ogier – 10 puntos
2. F.Loix – 8 puntos
3. S.Sarrazin – 6 puntos
4. J.Kopecky – 5 puntos
5. G.Basso – 4 puntos
IRC 2009, clasificación provisional marcas.
1. Peugeot – 18 puntos
2. Abarth – 6 puntos
3. Skoda – 5 puntos
4. Mitsubishi – 4 puntos