Lo primero, vamos a ponernos en situación. Esta es una reflexión que hace James May, uno de los presentadores del programa de coches más famoso del mundo, Top Gear.
Hola James. Si te enfada irte de vacaciones y no encontrar un Sandero, te aconsejo que te pases por algún rally en España y veas a Alberto Monarri o a Conrado Fernández tirándose por los tramos con los Dacia. Entonces si que te vas a enfadar, pero de verdad… Y no solo vas a querer uno para tus vacaciones. Lo comprarás y le pondrás barras de seguridad y unos bonitos baquets de OMP. Resulta que en España ha nacido este año una copa de promoción que se corre con Dacia Sandero, exactamente iguales que los que estás buscando para irte de vacaciones, incluso con ruedas de calle. Desafortunadamente, al principio fuimos muy escépticos. No confiábamos en la seguridad ni en las opciones que podían dar los Sanderos en el asfalto, pero después de seis rallyes, algunos hemos cambiado de opinión…
La Copa Dacia nació como una iniciativa más para dar opciones a los más jóvenes con el presupuesto muy ajustado, y ayudarles a desarrollar sus habilidades como pilotos en coches con las prestaciones muy limitadas y con la mínima inversión. El principio fue algo catastrófico. Ningún inscrito para la temporada 2014 auguraba lo peor. A pesar de lo económico que resulta correr el Nacional con Dacia, la falta de premios finales y las limitaciones del Sandero hacían que la gente no se animase a correr con ellos. Pero un piloto que ya habíamos visto antes y que todos conocemos, decidió a subirse a uno y consiguió dar un vuelco a la escasa popularidad de la que gozaba esta copa.
Alberto Monarri, piloto madrileño con una larga experiencia en las carreras, se animó a participar en el Nacional con un Sandero. Y una cosa os voy a decir como testigo de estos acontecimientos… Desde la cuneta, a pocos coches se les anima tanto como a los Dacia. Alberto siempre nos ha dicho que el Sandero es un coche perfecto para iniciarse en las carreras, porque aunque no corra, permite hacer muchas maniobras y aprender a controlar un coche con poca estabilidad en situaciones límites. Además, si le animáis desde el borde de la carretera, un pitido o un saludo os lleváis seguro. Y eso nos gusta, a todos.
Después de cuatro rallyes, Monarri nos tenía ya casi convencidos. Entonces llegó Conrado Fernández para rematar la jugada. La primera carrera que hizo Conrado fue en el Bierzo, y se lo pasó como un enano. Todo lo que nos había contado Alberto antes, Conrado lo secundó. El piloto de León insiste después de dos rallyes a los mandos del Sandero en lo interesante del proyecto, y en lo mucho que se puede aprender, tanto a nivel de conducción, como a nivel de notas. Todo suma.
Esperemos que esto pueda seguir para 2015, y que podamos ver a cuatro o cinco Sanderos (como mínimo) corriendo el año que viene el Nacional. Notar como suben las pulsaciones cuando aparece Alberto Monarri a fondo antes de un rasante con el Dacia, es algo que os animo a todos a experimentar.
Bueno, qué, James. ¿Nos acercamos a por un Sandero?