Jean Todt, el presidente de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) estuvo ayer en la Gala de Campeones de nuestra RFEdA. Y partió la pana, porque para eso es quien es.
Mira bien la foto sobre estas líneas, porque es casi simbólica. A la izquierda, Manuel Aviñó, recién elegido máximo responsable de la Real Federación Española de Automovilismo. A la derecha, Carlos Gracia, anterior mandatario. Y el centro, Jean Todt, el hombre que dirige los designios de nuestro deporte favorito y de todos los que estén relacionados con las cuatro ruedas. Se supone que en una fiesta como la de anoche, Todt tendría un papel secundario. De hecho, pensé que era broma cuando Santi Ayala, presentador del evento, dijo que el francés estaba en las primeras filas. Pero no. Era cierto. Y cuando subió al escenario, se convirtió en protagonista absoluto. Porque para eso es quien es.
Tuvo palabras de reconocimiento para Gracia y de ánimo para Aviñó, instándole a seguir con la tarea de su predecesor en el cargo y dejando entrever que no es una misión sencilla. Habló de la campaña de la FIA para la movilidad y para la seguridad en las carreteras. Nombró a varias estrellas del deporte español (Rafa Nadal incluido, aunque no tenga nada que ver con los coches) y elogió la labor de organizadores y pilotos. Apenas hizo falta la traducción de Ayala ‘en tiempo real’; al final, Todt apenas esperaba a que el presentador terminase de trasladar su discurso al público. Pero el mensaje llegaba. Porque para eso es quien es.
Parece mentira que un hombrecillo tan diminuto y de rostro impertérrito encierre tanto carisma. Quizá sea por su trayectoria profesional. Me lo imagino dirigiendo estas palabras ficticias a un interlocutor ficticio en una presentación ficticia: «Hola. Fui copiloto. Me jugué un Dakar a cara o cruz sin mover un músculo de la cara; siempre tengo el mismo gesto, me da igual viernes que martes. Dirigí Ferrari sin despeinarme. Soy el presidente de la FIA. Estoy en la Gala de Campeones como estrella invitada y me como el escenario. Por eso yo soy Jean Todt… y tú, no». Y tendrías que aplaudirle. Porque para eso es quien es.