Antes que continuar lamentándose por el error cometido en el Rallye de Alemania, Kris Meeke prefiere quedarse con lo positivo (los dos puntos que obtuvo en el Power Stage). Es optimista… quizá porque poco más puede hacer, además de «seguir trabajando», como reconoce a wrc.com.
El norirlandes ya no puede permitirse más fallos y lo sabe. El caso es que comienza bien cada prueba, con fuerza… En tierras germanas fue el más próximo al trío de Volkswagen, que lideraba el rallye. Pero en el sexto tramo, se salió con su Citroën DS3 WRC y dañó el coche. Tenía una cruz en la segunda de las tres citas que Yves Matton, director del equipo galo, está utilizando para evaluar a sus pilotos. En la primera, Finlandia, también hubo errores.
«Estoy corriendo a una velocidad cómoda, pero he tenido fallos en Alemania y en Finlandia. Un podio era posible en ambas pruebas, pero he pagado un alto precio por los errores en estos últimos rallyes. En ambas ocasiones podría haber seguido sin problemas con el vehículo bien, pero resultó no ser así. Por supuesto, esto no borra el hecho de que he cometido estos fallos. Sólo tengo que seguir trabajando duro para dejar de hacerlos y todo irá bien», explica a la web británica.
El Rallye de Australia es su última oportunidad de impresionar a Matton antes de que éste tome una decisión sobre lo que ocurrirá en Citroën el año que viene. De momento, el responsable de la formación ya ha dado un paso, cuanto menos, sospechoso: ha ofrecido a Stephane Lefebvre una nueva prueba en un WRC en el Tour de Corse. Mientras, la estrategia de Meeke es «seguir pilotando lo mejor posible. Decidiremos nuestra táctica en Australia cuando veamos el ritmo y las sensaciones que tengo en los tramos», asegura.