Afortunadamente, el sábado todo fue como la seda, y pudimos vivir una bonita carrera, llena de emoción, con espectaculares tramos e imágenes que nos dejaban un buen recuerdo de la 37 edición del rallye de Santander Cantabria. Pero los acontecimientos del viernes nublaron lo que podía haber sido un rallye perfecto.
No vamos a hacer hincapié en el accidente, no es necesario. Ocurrió y ya no lo podemos cambiar. Pero la pregunta para mi es… Cuando llegas a un tramo y vas a elegir donde ponerte a verlo, ¿qué te hace pensar que ese sitio es el mejor? ¿Quién dice «aquí corres peligro pero se ve genial?» ¿Entre más de 50 personas, no hay ni una que llegue a la conclusión de que «si se sale aquí un coche, nos lleva a todos por delante?». Si durante el paso de la caravana de seguridad se avisa de que hay que quitarse de ahí, es para quitarse y no volver a ponerse después. Cuando llegas a un punto y no lo ves claro, no te cuesta nada buscar otro. Si algo tiene de bueno el monte, es que es grande y tiene sitio de sobra.
La cinta roja es algo simbólico que señala que ahí puede haber un peligro y se puede correr un riesgo innecesario, pero creo que el sentido común debería estar presente antes que una cinta, un comisario o un policía. Ahora tenemos a un chico de 18 años que está empezando a sentir el deporte y que está aprendiendo a pilotar, que ha pasado el peor día de su vida, a varias personas hospitalizadas y a las televisiones hablando de lo peligrosos que son los rallyes. Por mucho que trabajemos en intentar que esto mejore, si la afición, que es el verdadero corazón de todo esto, no colabora, de nada sirve nuestro trabajo, ni el de la organización, ni el de nadie.
A mi personalmente, se me agotan las palabras, los recursos y las formas de decir que esto tiene que cambiar. Ojalá los heridos se recuperen pronto, y esta sea de verdad la última vez que tenga que escribir algo así. Bastantes palos nos dan ya como para que seamos tan tontos de ponérselo en bandeja a los que quieren que nuestro deporte desaparezca.
Por favor, hacedlo por vuestras vidas, por vuestras familias que también sufren, y por los rallyes. Tened cabeza y ayudadnos a demostrar que todo esto vale la pena.