Así, a bote pronto, podríamos decir que Alberto Meira casi es Campeón Gallego de Rallyes 2016. Pero quizá nos adelantamos a los acontecimientos. Las cuentas dan, pero todos están pendientes de lo que ocurra con el Rallye A Coruña. Porque si se celebra todavía hay tela para cortar y si no el pescado está vendido. Actualmente y tras el Rallye Ribeira Sacra la diferencia entre el del Evo X y su rival, Iago Caamaño, es la suficiente como para que, aún ganando el coruñés el Rallye Comarca da Ulloa (26 de noviembre), el de la localidad pontevedresa de Vincios tenga margen suficiente como para hacerse con el título. Pero si hay otra prueba más, 245 puntos en juego son muchos.
El caso es que ahora la pelota no está en el tejado de ninguno de ellos sino en el de Álvaro Muñiz, alma mater del rallye herculino. Lo que ocurra en estos días determinará el desarrollo de los acontecimientos en las próximas semanas dentro del Campeonato Gallego de Rallyes, y por eso su teléfono echa humo. Todos llaman preguntando acerca de la viabilidad o no de la prueba. Muñiz grita a los cuatro vientos que su intención es la de llevar adelante el rallye. La decisión final debería tomarse antes de mediados de este mes; vamos, apenas a una semana vista de la Ulloa a la que, en cualquier caso, Alberto Meira pretende acudir tenga ya el título o no. Como os podéis imaginar, la tensión es máxima incluso sin correr.
Meira ha dado un paso más cara ese título este pasado fin de semana en el Rallye Ourense-Ribeira Sacra. No ha sido prueba fácil, pues aún se preguntan en el equipo cómo ha aguantado tanto una caja de cambios en las últimas que, luego de abrirla, ha mostrado una buena fila de dientes más mellada que la de algún jugador de rugby.
El frió y la lluvia marcaron una carrera en la que, no obstante, además del dúo que aspira al título de Campeón Gallego hubo muchos protagonistas y no siempre por buenas noticias. Félix Macías no tuvo suerte en el rallye de casa; prueba que incluso llegó a liderar. Iago Silva, estrenando su nuevo Porsche, también se quedó en la estacada, lo mismo que Miguel Paredes «Miudo» (Clio R3) o Javier Ramos Grille (víctima de feo golpe en su Ford Sierra RS Cosworth), o incluso Adrián Campaña, que también abandonaba, en este caso por vuelco.
Así las cosas, David Couceiro subía hasta el tercer cajón de podio con el Skoda Fabia S2000 y Álvaro Méndez la cuarta plaza. Sí, ese piloto que vuela bajo con un Peugeot 106 y que se ha disputado el Volante FGA con su archirival Dani Castro. Por cierto, copa que ya se ha resuelto; no así otras como la Top Ten, Pirelli AMF o Recalvi, que aún tendrán que esperar a tierras lucenses para que se proclamen los nuevos campeones. O quizás tengan que esperar al de A Coruña… si es que finalmente se hace.
Álvaro, ¿hay rallye?