Jari-Matti Latvala, piloto de Toyota, no se encontraba muy bien durante el Rallye de Portugal, se sentía enfermo. Tuvo 39ºC de fiebre el jueves. Todo empezó durante los reconocimientos, como cuentan en Autosport, pero el sábado por la noche las cosas habían empeorado tanto que se deshidrató. Así que fue trasladado al hospital de Oporto, donde permaneció hasta las 5.30 de la mañana del domingo. “Me tomé algunos calmantes y eso ayudó un poco, pero el problema era que no podía mantener en el estómago nada de lo que comía”, ha contado el finlandés a la web británica. “No contaba con fuerzas. Tuve que ir al hospital a las 20.00 del sábado y el médico me dijo que no me sería posible pilotar el domingo. Le contesté que debía hacerlo porque necesitaba los puntos para el campeonato… y al final acordamos que me dejaría salir, pero tendría que volver al hospital para hacerme un chequeo cuando terminase la prueba”, explica Latvala.
“Regresé al hotel y dormí una hora, hasta que sonó el despertador para ir al parque de trabajo. Logré los tantos, pero, personalmente, nunca he vivido un rallye tan duro como éste”, añade.
El finlandés terminó en la 9º plaza y ahora está a 40 puntos del líder de la clasificación, Sebastien Ogier.