Otro expiloto de rallyes se fija el Dakar como objetivo… y esta vez no es uno cualquiera, es Sebastien Loeb, el mejor de la historia del WRC, si nos atenemos a las cifras. Llega al equipo Peugeot, donde ya milita Carlos Sainz. Como el español, como el resto de sus compañeros, el galo quiere ganar… aunque, por supuesto, habla de aprender, de lo diferente que es esta carrera a todas en las que ha participado hasta ahora y del desafío que supone. No deja de ser cierto, pero ese discurso ya nos los sabemos. Un piloto nunca deja de pensar en la competición. Y uno como Loeb lo que tiene en mente es vencer.
Así, la formación francesa tiene en su «gallinero» cuatro gallos -tres galos y uno español, interesante- con la misma meta… Y todos ellos cuentan con serias posibilidades de conseguirla si el 2008DKR no falla. A Loeb y Sainz tenemos que sumar nada menos que a Stephane Peterhansel, Mr. Dakar (no le llaman así por nada), y a Cyril Despres, en su segundo año sobre cuatro ruedas tras múltiples victorias en moto. Si no hay órdenes y todos pueden luchar por el triunfo en igualdad de condiciones, van a protagonizar una lucha épica. Me relamo sólo de pensarlo… y eso que todavía no he metido en el lote de contendientes a Nani Roma (y los Mini) o a Giniel de Villiers.
En cuanto a Loeb, no me cabe la menor duda de que, por mucho que diga que tiene que adaptarse a las notas -su inseparable Daniel Elena, por cierto, será su copiloto-, a una prueba que dura 20 días (no tres o cuatro), y a un coche que pasa por encima de los obstáculos en lugar de rodearlos, va a enamorarse de la cita por etapas más dura del mundo. Porque para un piloto no hay mayor reto que éste, por cruel que sea el desierto. Loeb va a arrasar en Sudamérica. Después, querrá más… y entonces sentirá no haber tenido la oportunidad de medirse con África.