No debe ser fácil hacer balance de tus logros cuando has decidido poner fin a lo que ha sido tu vida durante más de una década. Pero la decisión está tomada y, antes que la nostalgia, es mejor pensar en buenos recuerdos. Los ha elegido él mismo: tras anunciar su retirada del WRC, Mikko Hirvonen (M-Sport) echa la vista atrás y escoge, de sus 13 años de carrera profesional en la máxima categoría de la especialidad, los cinco momentos más especiales, los que rememora con más cariño. Así lo recoge wrc.com. El primero, no podía ser de otra forma, es su primer triunfo absoluto:
2006, Rallye de Australia
Hirvonen se hizo aquí con su primera victoria en una prueba del Mundial. Era algo que veía cada vez más cerca, pues acababa de encadenar cinco podios consecutivos con su Ford Focus WRC. Y al fin, el ansiado primer puesto llegó en Perth. «Los triunfos son muy especiales y el primero era algo que llevaba trabajando toda la vida. Cuando empiezas a correr, esperas llegar a ser lo suficientemente bueno como para ganar un rallye algún día. Fue increíble, uno de los momentos de mi trayectoria de los que estoy más orgulloso».
2006, Rallye de Nueva Zelanda
Sólo tres semanas más tarde, Marcus Gronholm e Hirvonen lograban el doblete en Nueva Zelanda; gracias a ese resultado, Ford se hizo con su primer título de Marcas desde 1979. Repitieron la hazaña en 2007. «Estos dos años fueron los primeros con Ford y conseguimos el certamen en ambas ocasiones. Formar parte del equipo fue estupendo, especialmente en Hamilton, cuando obtuvimos el título allí… La fiesta posterior fue espectacular. Aprendí mucho trabajando con Marcus, fue un placer. Yo todavía era muy joven y me ayudó ver cómo trabajaba, demostrando el tipo de persona que es y lo que quiere de su coche».
Temporada 2009
Cuatro triunfos consecutivos permitieron que Hirvonen llegara a Gales, última prueba del año, con ventaja sobre Sebastien Loeb. El ganador del rallye se llevaría el título. El finlandés arriesgó lo imposible hasta el domingo por la mañana, cuando una serie de problemas le hicieron ceder unos segundos… cruciales. Perdió el campeonato. «El capó se abrió y aquello fue el final de la pelea. Recuerdo claramente cómo iba por las largas rectas de los bosques esperando que el clip que sujetaba el capó se rompiese… Hasta que pasó. No he logrado ningún título, pero no me siento mal por eso; estoy más que orgulloso de haber tenido la oportunidad de luchar por los certámenes. Si Loeb no hubiera estado allí, podría haber ganado alguien más que yo», aclara.
«Por otra parte, en 2009 vencí en Finlandia, delante de mis hijos, mi familia y mis amigos. No he vivido nada mejor», añade.
2010, Rallye Montecarlo
Hirvonen fue el encargado de hacer debutar el Ford Fiesta S2000 y lideró la cita de principio a fin en unos tramos cuajados de nieve y hielo. Su ventaja sobre el segundo, Juho Hanninen, llegó casi a los dos minutos. «Todo el fin de semana fue ideal. Las condiciones de la carrera eran terribles; nevó tanto que aguantábamos cuesta abajo, pero apenas podíamos subir las cuestas. Los mecánicos trabajaron hasta las dos de la madrugada cada noche, ya que el coche era nuevo, pero mereció la pena», confiesa.
2007, Rallye de Gales
La climatología también fue horrible aquí, pero Hirvonen ganó esta prueba por 15 ajustadísimos segundos, anotándose su tercera victoria aquella temporada: «Las pistas estaban tremendamente delicadas; había barro, lluvia, niebla… Tuve que pelear con Gronholm y Loeb. Y subí a lo más alto del podio. Estoy muy orgulloso de aquella victoria, ya que no podíamos ver nada y la superficie era muy resbaladiza», afirma.
La próxima carrera, también en Gales, cierra su época en el WRC y seguro que será su sexto «momento para recordar». Pero después llegarán otros con su familia, a la que se quiere dedicar, o quizá en otra disciplina, porque uno -y lo demuestra la gran mayoría de los pilotos «retirados»– no puede quedarse en casa tranquilamente cuando ha probado a qué sabe la gasolina mezclada con el triunfo.