El Tour de Corse ha sido una pesadilla para M-Sport. Que se lo digan a su piloto, Sebastien Ogier, quien se encontraba en la segunda plaza, cerca del líder, Thierry Neuville (Hyundai), cuando, a falta de tres tramos, un problema hidráulico empezó a ralentizar su Ford Fiesta. Después, llegaron los fallos eléctricos; el francés sufrió para mantenerse aferrado a la segunda plaza. Finalizó casi a un minuto del belga, con Dani Sordo, tercero, pegado a sus talones.
El Fiesta de Ott Tanak también mostró problemas en el motor el sábado (tras un golpe, eso sí), mientras el coche de Elfwyn Evans, en la D-Mack, daba quebraderos de cabeza… hidráulicos.
“Hemos tenido demasiados fallos técnicos este fin de semana en todos los vehículos, así que es algo en lo que el equipo debe ponerse a trabajar. No queremos estar de nuevo en una situación similar, tan estresante”, ha asegurado Ogier a la web británica. A pesar de todo, se muestra contento con la actuación del Ford sobre asfalto, todo sea dicho.
Malcolm Wilson, patrón de la escuadra, ha alabado a su piloto principal por ser capaz de conservar el liderato del certamen, con una ventaja de 13 puntos sobre Jari-Matti Latvala (Toyota): “Ha sido un rally muy exigente para la formación. Hemos experimentado problemas que no habíamos visto hasta ahora; puedo asegurar que lo investigaremos a fondo antes del próximo evento. La semana que viene realizaremos cinco días de tests y nos centraremos en mejorar el rendimiento de los coches y en identificar los fallos que nos han acosado en el Tour de Corse”, añade.