Candidatos a la busca del último voto en las próximas elecciones a la Federación Española de Automovilismo, curiosos que se acercan hasta el circuito del Jarama y aficionados… la matinal de la primera etapa en el Rallye Comunidad de Madrid siempre es más tranquila de lo habitual en el certamen.
No hay shakedown, apenas las verificaciones y muchos pequeños grupos de pilotos y responsables de equipo en lo que es la verdadera salsa de la cita en la capital. Los habituales del certamen ya lo consideran como el rallye de los corrillos; esos en los que se habla de lo vivido pero sobre todo de futuro. Futuro inmediato que, de momento y a la vista de la opinión general de algunos de los pilotos destacados, pasa por el temor a una reglamentación inestable y el miedo a que pueda haber cualquier cambio de timón de última hora y se vaya al traste un programa con los que deberían ser coches de referencia a partir del próximo año: los R5.
Lo que sí parece claro es que se anuncian algunos cambios de pilotos y monturas para las próximas semanas: algunos sorprenderán; otros quizás no tanto. Cobra fuerza eso de lo que todos hablan pero nadie sabe; se barajan nuevas opciones GT para quienes aún defienden este pabellón… o no; se busca la permanencia de equipos que parecían vivir las últimas carreras y, en cualquier caso, se aprecia una progresiva orientación generalizada hacia los vehículos FIA… siempre que -y esto sí es sentimiento generalizado y declarado públicamente- cualquiera de los candidatos a la presidencia asuma el poder de la RFEdeA y mantenga una línea y un criterio: que sea lo que sea, “sea” y a ser posible la decisión se tome ya, no se modifique en los próximos meses antes del inicio de la campaña 2017 y, sobre todo, mantenga cierta estabilidad en las próximas temporadas. Es más, los propios aspirantes a dirigir la federación saben de la postura de manos de alguna marca que ha condicionado su apoyo a equipos del Nacional a un cierto criterio igualitario y no desequilibrador como, muchos consideran, ha ocurrido en este 2016.
Nadie quiere afirmar ni desmentir nada, estamos en esas épocas en las que todos salen a la caza de la primicia; en la que a más de un piloto se le subirá en todos los R5 del mercado. En la época de los podría o se dice que copan charlas y titulares; semanas en las que el dinero ficticio se mueve como si Lehman Brothers hubiera revivido con una pastillita azul, pero que el dinero real escasea más de lo que se podría dar a entender con las noticias que corren.
¿Hemos adelantado algo que no se sabía? No. Vamos, lo habitual en ese período entre el rallye de Madrid y, en este caso, el Sierra Morena de 2017.