Podrían llamarle Olimpiada del Motor, o The Fastest, o algo por el estilo para darle ese toque comercial más llamativo a un certamen que pretende buscar el mejor entre los mejores en todas las disciplinas (vale, hemos caído en la trampa) de motor. O no, porque faltaría el autocross y ya algunos de los habituales de este certamen han puesto el grito en el cielo por esta sonada ausencia. Se podría alegar la manida frase de hacer chapa y cosas por el estilo, pero por la misma razón las carreras en hielo que se programan también serían un peligro para la integridad de los vehículos, y un motivo de aumento en las rencillas y tensiones entre participantes en el caso de que un título se decidiese en esa prueba.
Lo cierto es que la última propuesta de la RFEdeA es tan extraña como llamativa, además de reactiva entre la opinión pública. Una suerte de campeonato que mezcle rallyes, montaña y circuitos; ocho carreras sobre asfalto, tierra y hielo para encumbrar a los pilotos más completos. Ha sido publicar las bases del concurso con el que encontrar una empresa que explote el certamen y aparecer inmediatamente todo tipo de opiniones en unas redes sociales que no perdonan, para bien o para mal.
Muchos ya lo habréis visto así que no adelantamos nada acerca de su escueta parte técnica. Tres categorías. La primera son los Protos E2, esos vehículos de chasis tubular y motor de moto cuya producción más febril -que no única- proviene de las instalaciones gallegas de Ya Car, propiedad de Perfecto Calviño. En este caso se trata de las versiones sólo de propulsión y con un único motor, de peso contenido y carrocerías para todos los gustos. Son vehículos que se han conseguido homologar y por lo tanto cuentan con matrícula y la opción de circular en tráfico abierto los días de carrera. El pasado año ya tuvimos ocasión de verlo en el Rally de Asturias Histórico con el conocido Lancia 037, de mecánica única pero con tracción total, fácilmente convertible en trasera. Por aquel entonces el propio Perfecto hacía alusión a su posible incorporación en los rallyes históricos, como una copa aparte, cosa que posteriormente se negó con rotundidad desde la federación. Ahora, parece, podría encontrarse un nuevo encaje a estos vehículos más allá del autocross, la montaña y los rallyes de tierra… y ya no es poco.
Las otras dos categorías vienen a ser la misma, la del resto de vehículos homologados, con la salvedad de que una de ellas es una copa promocional monomarca promovida por la RFEdeA y para la que en los mentideros ya suena alguna de las habituales marcas japonesas involucradas en el automovilismo de competición. Sea como fuere, precio, costes y premios serán determinantes a la hora de encontrar el éxito de esta iniciativa, además de su repercusión mediática.
Lo curioso del concurso es que apenas da un par de semanas para que las posibles empresas interesadas en explotar el certamen presenten sus propuestas, reglamentos, premios y demás. Poco tiempo para mucha documentación y búsqueda de apoyos que hacen pensar que la idea está muy avanzada y ya cuenta con algún promotor interesado.