Nos defenderemos, cueste lo que cueste

| 06/07/2014

Es un espectáculo maravilloso de ver, el ambiente es inigualable, da trabajo a miles de personas, engancha como una droga y por mucho que a algunos les moleste o quieran eliminarlo, lo defenderemos hasta el final, cueste lo que cueste.

En el automovilismo, dentro de cualquiera de sus modalidades, los equipos y las marcas de coches trabajan día y noche en competición, no solo para los aficionados y los pilotos, si no para que en nuestro día a día todos podamos conducir nuestros coches equipados con lo último en tecnología y seguridad. Porque para el que no lo sepa, las pistas de pruebas más importantes y donde realmente pasan a examen todos los avances de los coches que conducimos son los circuitos, las carreteras, las pistas o incluso el mismo desierto. Todo lo que los ingenieros de las marcas hacen y desarrollan para la competición, más adelante se aplica para nuestros utilitarios. Solo por esta razón, el automovilismo, en todas sus especialidades, es absolutamente necesario y tiene que ser respetado.

Pero es cierto que una de las especialidades más polémicas del mundo de la competición son los rallyes, así que vamos a empezar por el principio. Para entenderlo, primero hay que definirlo: «Un rally es una prueba deportiva de velocidad y resistencia para vehículos de cualquier tipo, habitualmente motos y automóviles, que se desarrolla en carreteras, caminos y pistas difíciles, y consiste en recorrer un itinerario determinado pasando diversas pruebas o controles y sin exceder los límites de un tiempo prefijado». Para empezar, su propia definición añade la palabra «deportiva», y no lo hace gratuitamente. Para poder resistir y aguantar la duración de un rally, todos los participantes tienen que estar en forma, el estado físico tiene que ser óptimo y esto en si mismo, ya implica hacer deporte. Son muchas horas las que los pilotos dedican a mantenerse en forma para poder hacer cientos de kilómetros a pleno rendimiento durante días. Aunque parezca que sentados dentro de los coches lo único que hay que hacer es controlar y girar el volante cuando se requiera, lo cierto es que hace falta mucha fuerza, tanto física como mental para poder llegar a la meta. Por otra parte, es una competición entre equipos, marcas y automóviles, por ende, deporte.

Por otro lado, en una prueba de estas características, no solo son el piloto y el copiloto. Para que pueda desarrollarse, equipos de varias decenas de personas tienen que trasladarse, desde mecánicos hasta participantes, la mayoría de las veces pidiendo días libres en sus trabajos, hasta la ciudad que toque, y permanecer allí durante varios días. Esto significa llenar ciudades y pueblos de gente que va a dormir en sus hoteles y comer en sus restaurantes. Y esto sin contar con los equipos de organización de los rallyes que suelen trabajar de un año a otro para que todo salga bien y la carrera se pueda desarrollar con normalidad, y sin mencionar a la cantidad de aficionados que también se mueven hasta donde sea necesario para poder disfrutar del rally. Y si seguimos con este hilo, también hay equipos de prensa que asistimos a las pruebas para intentar que lleguen al mayor número de gente posible. Todas estas personas, luchamos por lo mismo y a algunos incluso, nos gusta vivir de esto.

Esta es la parte técnica y más práctica de la celebración de un rally. Pero lo bonito de este deporte, es que tiene un fondo pasional que no se puede ver ni sentir si no se vive. Y lo triste muchas veces, es que muchos de los que nos critican y quieren acabar con esto, no lo han vivido nunca. Hay que levantarse a horas intempestivas, hay días en los que el frío es casi insoportable y otros en los que el calor es realmente abrasador… Hay momentos en los que la actividad es frenética, muy dura y muy cansada. Pero sin poder dar una explicación con palabras, lo hacemos, y no solo por obligación, lo hacemos encantados y por muy mal que se pase en algunos momentos, cuando acaba uno, ya estamos deseando que llegue el siguiente.

En definitiva, entre todos tenemos que seguir luchando para que nuestro deporte no desaparezca, pelear por él con todas nuestras armas y seguir trabajando para mejorarlo y seguir puliéndolo con cada rally. Aunque no lo parezca, somos muchos, hacemos mucho ruido y sé que nadie puede con nosotros.

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