¿Quién logra mejores resultados y con mayor rapidez: un piloto de rallyes que prueba en los circuitos o viceversa? Sea como fuere, los que llevan gasolina en las venas le cogen gustillo a eso de participar en otras disciplinas; Kimi Raikkonen ha anunciado que le encantaría que se le permitiera volver a luchar en carreras aparte de la Fórmula 1 (los rallyes enganchan, y más a un finlandés) y Sebastien Ogier está listo para su segunda cita en circuitos.
Cuando sabes que eres el mejor en tu terreno y tienes un espíritu competitivo, buscas nuevos retos. Por eso hemos visto a Sebastien Loeb, por ejemplo, en las 24 Horas de Le Mans (y ahora en el WTCC), a Carlos Sainz, Juha Kankkunen y tantos otros “ex” del Mundial de Rallyes en el Dakar y ahora le toca el turno a Ogier, que este fin de semana se pone al volante de un Audi R8 LMS ultra con 550 CV -por supuesto, el coche pertenece a una marca del consorcio germano y así todo queda “en casa”- en la tercera cita del ADAC GT Masters alemán.
El galo compartirá asiento con Marcus Winkelhock, campeón del Mundo FIA GT en 2012. Disputará dos carreras de 60 minutos, una el sábado y otra el domingo, en el trazado de Lausitzring. “Aún no estoy familiarizado con este circuito, pero visité el de Oschersleben con este mismo certamen”, ha explicado. “Todos los pilotos son muy fuertes; con Winkelhock a mi lado, tendré un compañero experimentado y rápido. Me ha enseñado el interior del vehículo y sus consejos me están ayudando a comenzar el fin de semana perfectamente preparado. Además, Audi y Prosperia C. Abt Racing, mi equipo, han subido al podio en todas las pruebas de esta temporada. No será fácil conmigo como debutante en GT, pero voy a hacerlo lo mejor posible”, añade.
Por su parte, Winkelhock ha bromeado con Ogier sobre la forma de pilotar el Audi: “Aquí es mejor no ir por la tierra; asegúrate de permanecer en el asfalto”, le ha dicho. “Ahora en serio, es fascinante competir con alguien como Ogier. No está aquí sólo por diversión; es ambicioso y quiere éxitos”, afirma.
El francés, líder del WRC con su Volkswagen Polo R, debutó en los circuitos en la cita de la Porsche Supercup que se disputó en Mónaco durante el GP de Fórmula 1 de 2013. Terminó en la 13ª plaza, por delante de Loeb, 16º en esa carrera. Siempre que se dan estos “trasvases”, me pregunto: ¿qué es más fácil: pasar de los rallyes a los circuitos o viceversa? En principio, un piloto de rallyes es más completo, ya que está acostumbrado a luchar en todo tipo de terrenos y condiciones climatológicas, así que, en mi opinión, tiene más papeletas para hacerlo bien. ¿Qué opinas tú?