Y no es para menos: después de ganar el Rallye de Argentina, la actuación de Jari-Matti Latvala se repetía en Italia. El finlandés estaba beneficiado el primer día, además, por la posición de salida de Sebastien Ogier. El francés ha admitido que no tenía tan claro que pudiera batir a su rival y compañero de equipo, según wrc.com. ¿Está encontrando la horma de su zapato?
Viernes por la mañana: el VW Polo WRC de Sebastien Ogier abre pista en los ocho tramos de la primera jornada del Rallye de Italia. Barre el piso para los demás y los segundos se acumulan en su hoja de cronos, mientras Latvala se aprovecha de las circunstancias. Al final del día, el galo está a 22,9″ del finlandés. “Fue realmente frustrante. Estábamos atacando y, a pesar de eso, perdíamos tiempo; en la asistencia de mediodía estaba bastante decepcionado. Pensaba que quizá tendría que luchar por el podio… y nada más”, añade.
Pero ya por la tarde vio signos de recuperación esperanzadores. Las especiales estaban más limpias y los errores de otros pilotos le dieron la oportunidad de colocarse en la segunda plaza de la clasificación provisional. Muy bien, ya estaba al acecho.
Llegó el sábado y Latvala seguía fuerte, pero en el último tramo (de 60 km) se dio un golpe, pinchó, tuvo que parar a cambiar la rueda y después sufrió problemas de frenos. El francés heredó el liderato, acumuló una renta de 1’40” sobre Mads Ostberg (Citroën DS3 WRC) y “sólo” tuvo que dedicarse a gestionarla durante las especiales del domingo para hacerse con su cuarta victoria de la temporada. Ya es la 16ª de Volkswagen en 19 pruebas.
En el Rallye de Polonia (26-29 de junio), Ogier deberá hacer frente a la misma situación: abrirá pista en los tramos de tierra. “Ahora no quiero pensar en ello, porque voy a tener que pilotar de nuevo en un día frustrante. Disfrutaré de esta victoria y después me concentraré en Polonia”, ha declarado.