Resulta curioso ver cómo en estos últimos días los vehículos de la categoría R5 cambian supuestamente de manos como si fueran cromos de nuestra época escolar. Aun siendo de momento más un deseo de los aficionados que una realidad que haya tomado forma, sí se pueden ir sacando algunas conclusiones.
Parece que oficialmente la era Porsche ha tocado su fin (Pedro Burgo acaba de vender la última unidad que poseía). Por otra parte, todo apunta a que muchos ya dan por sentenciada la temporada y se preparan con inusitado margen de tiempo -que nunca sobra- para la próxima campaña 2017. Y hace falta, porque los presupuestos que se mueven con los vehículos de esta categoría obligan a abrir la chequera y escribir ceros como si no hubiera un mañana.
A día de hoy Hyundai es la marca de moda, y eso que de momento su i20 R5 no ha pisado territorio nacional y apenas ha disputado un rallye como coche de caravana, a la espera de su homologación final a la vuelta del verano. Los anunciados tests con varios pilotos de nuestro país no han hecho sino dar aún más eco a un vehículo que, en opinión de quienes lo han probado en un pequeño circuito francés, ofrece potencial (destacando en aceleración, recuperación y velocidad punta). Algo en principio lógico en un modelo que es última evolución recién salida del horno, pero que los propios pilotos cogen con pinzas. Y es que lo de Chambley no ha sido una selección ni una final de operación triunfo para elegir a uno y hacerlo oficial; al contrario, Hyundai es una marca que se dedica a construir y vender coches, por lo que aquel ha sido un acto de marketing tras el que, lo antes posible, empezar a despachar unidades en un mercado en el que los Fiesta, Fabia, DS3 y 208 manejan el cotarro. Un nido de víboras donde va a ser difícil meter la mano y no recibir algún mordisco.
Hyundai busca legítimamente su hueco, parece que bien armada a tenor de la referencia de Ypres. Su posible aterrizaje en España irá en consonancia con las cifras que se tengan que mover en un proyecto de este calado, similar al de otros R5: los 250.000 lereles estimados para la adquisición, otro buen hachazo en recambios y accesorios, más el kilometraje entre revisiones y los costes de las mismas menos (la clave en esta historia) el monto económico que se recibiría de la marca en España, pues esa podría ser la fórmula con la que Hyundai incentive la participación de su i20 en el Nacional de Rallyes.
Esta es una opción más que están sondeando los principales espadas en el Campeonato de España; algunas alternativas puede que incluso lleguen antes de que termine esta temporada. A la invitación de Hyundai han acudido, entre otros, Iván Ares, Pedro Burgo o Miguel Fuster. Existe también el interés de varios equipos de los que se ha hablado mucho… y los coreanos se frotan las manos ante la posibilidad de vender las unidades a pares. Ya se sabe que, al final, en estas guerras el que gana siempre es el fabricante de armas.
¿Os imagináis que ahora la federación decidiese abrir la brida de admisión de los Porsche?