Este deporte nuestro, que tanto amamos, tiene una infinidad de cosas buenas y por eso nos apasiona y nos gusta tanto, pero sin embargo, una de las grandes desventajas que tenemos con respecto a otras modalidades del automovilismo, es la forma de seguirlo. Incluso estando presentes en los rallyes, la disposición de la carrera, los tramos unos lejos de otros, las horas de cierre de los accesos, etc, hacían que seguirlo al 100% fuera muy difícil y que no nos enterásemos de muchas cosas que pasaban durante la carrera.
Pero entonces apareció Twitter y nos abrió un camino de inmediatez impensable hasta el momento. Toda la información está al alcance de un teléfono con 3G. Los espectadores interactúan con la prensa, con la organización, se intercambian opiniones, sucesos, videos, fotos. No sabéis lo útil y la gran ayuda que supone tener a la afición contándonos cosas desde todos los puntos del rally. Conocemos los tiempos del tramo en segundos, podemos comparar incluso con los de los años anteriores. Lo sabemos todo en cuestión de minutos y se ha convertido en una herramienta esencial tanto para los que nos dedicamos a esto, como para los que siguen con fanatismo este deporte. Además, también es una bonita forma de acercarse a la gente, de darse a conocer y de crear un escaparate vistoso para pilotos con proyecciones de futuro.
Ahora bien… Es una herramienta muy poderosa, aunque no queramos creerlo, y todo lo que decimos a través de ella, no solo queda registrado y a la vista de todos, si no que puede hacer que nos cambie la imagen que tenemos de una persona, de una marca o de una empresa en 140 caracteres. Hace varias semanas que estamos viendo enfrentamientos verbales y públicos en las redes sociales entre pilotos, aficionados, patrocinadores… ¿De verdad es necesario? Son muchos los aficionados que siguen a sus pilotos a través de las redes sociales, que al final son los grandes protagonistas de los rallyes, que les consideran un ejemplo y que creen en la deportividad y en los valores de sus ídolos. Este tipo de acciones no ayuda a que esta percepción del deporte se sostenga. Una de las cosas más bonitas de los rallyes es que nos identificamos como una “familia” frente a los demás, y esto que está pasando en los últimos días es un paso hacia atrás. Bastante tenemos con defendernos de los que nos atacan desde fuera, como para tener también que protegernos de los de dentro, ¿no creéis?.
Queremos saber qué hacéis, cómo os preparáis, queremos ver vuestros test, subirnos con vosotros en los coches, escuchar vuestros consejos, impresiones… Queremos saber cómo sois y cómo pensáis. Queremos veros correr y queremos veros pelear por vuestros objetivos. La afición que tiene este deporte a día de hoy, no solo la movéis vosotros, si no que sois los que la habéis creado poco a poco y con mucho esfuerzo. La gente luce vuestros logos con orgullo y tienen fotos vuestras colgadas en las paredes de sus casas. ¿Vais a dejar que todo esto se enturbie por el mal uso de un simple teléfono? Estoy segura de que no.