Emprendedor como el que más, no para de hacer planes y lejos de quedar con las ganas de materializarlos, nunca duda en tirarse a la piscina de cabeza. Bruno Lago Fernández, natural de A Coruña y afincado en Miño desde hace más de una década, está ante una semana que seguramente nunca olvidará. En cuestión de horas pondrá rumbo a Vigo para debutar en competición con motivo de la celebración del Rallye Recalvi Rías Baixas. Y como dice el otro: no iba sin tiempo. Han transcurrido una docena de años desde que quería estar en esta situación…
Estudió FP Superior de Automoción y entró en el mundo laboral trabajando en un supermercado, más concretamente, reponiendo mercancía. Después de un breve contrato lo mandaron al paro y cuando acabó la prestación, pensó que podía ser el momento de tomar la primera decisión de peso. Nada más lejos de la realidad. “Un día me senté en la mesa con mis padres y les presenté la idea de montar un taller en mi pueblo. Cada ladrillo que se montó allí salió de mis manos… No fue llegar y llenar, no. Tuve que hacer todo el proceso: permisos, montaje… Bueno, arranqué un sueño que se hizo realidad”, empieza diciendo.
Aunque el refranero español tiende a ser sabio, en este caso falló. Dice que los comienzos siempre son complicados pero al año de estar abierto en la localidad miñense, a Bruno todo le iba sobre ruedas -nunca mejor dicho- y le surgió la oportunidad de coger un taller en El Burgo. Taller en el que posteriormente centraría todas las fuerzas, traspasando el otro. “La valoración de todos estos años es muy positiva. A veces hemos ido creciendo quizá muy rápido pero bueno, de todo se aprende en esta vida. El crecer rápido nos ha hecho ver también que cada paso que demos ahora tiene que ser un paso firme. Tiene que ser todo con una base”, zanja.
“Nunca pensé que llegaría hasta aquí. Tengo un negocio que funciona bien, dos empleados que ayudan mucho día a día…”, continúa. Y tiene que estar satisfecho. Además de lo ya comentado, por el camino ha formado una familia con todo lo que ello conlleva. “Tengo el apoyo en casa de Vanessa, mi mujer. Sin ella nada sería posible conseguir lo que estoy consiguiendo, y ella lo está consiguiendo también conmigo. Además me ha dado lo más importante que tengo: mi hija. Aunque es pequeña y no hace nada te da esa fuerza para afrontar los retos. Y bueno, también obviamente cuento con la ayuda de mis padres, que me han dado la oportunidad de montar este negocio y sacarlo adelante”, analiza.
Tampoco podíamos dejar de preguntarle por Martín, el pequeño de la familia Lago Fernández, que sigue los pasos del hermano estudiando la misma profesión y está al pie del cañón; ayudando en lo que puede. “Él es una persona joven. Tiene 18 años pero es una persona muy sensata, muy coherente. Quiero que consiga estabilidad laboral, que monte una familia, que sea feliz, que es lo que más importa en esta vida”, confiesa. Respecto a diferencias entre uno y otro: “Aquí el echado para delante soy yo, él intenta llegar al mismo sitio que yo pero sin ser como yo. Yo si digo voy, voy, no tengo problema. Pero él no. Él es una persona que antes de dar un paso pregunta y a mí eso me gusta”, explica.
Dicho todo esto, vayamos a lo importante. “Hace un año más o menos que apareció este Peugeot 206 a muy buen precio. Lo tuve ahí parado, por decirlo así. Luego lo desmonté… La idea era salir ya el año pasado en A Coruña, pasó todo y después queríamos salir este año… Pero un día sentado en casa, cenando, le dije a mi mujer que ahora tenía que ir, que ella tenía que ayudarme y comprenderme porque le iba a dedicar muchas horas”, expresa. “Ella tiene confianza plena en mí y cuando yo la conocí, hace ya siete años, ya me dijo que llegaría a correr”.
Como en cualquier buen debut, el tópico no es otro que la prudencia; la buena letra. “Es un coche completamente montado de cero. Amortiguación nueva, frenos nuevos… Primero tenemos que adaptarnos al coche, ver cómo reacciona en cada tipo de asfalto que nos vamos a encontrar en Vigo porque hay carreteras de doble carril, carreteras estrechas que botan mucho… Creo que van a ser tramos divertidos y nos lo vamos a pasar bien dentro del coche. Ya digo, las carreteras me transmiten buenas vibraciones”, desarrolla.
Este 53 Rallye Recalvi Rías Baixas, en el que tomarán la salida con el dorsal 59 encuadrados en el Volante FGA, también supondrá el debut para el ocupante del asiento del miedo: Fran Acción, el cual va a aguantar al jefe dentro y fuera del trabajo… “Muchas veces le digo: joder, no te llegaba con aguantarme por semana que ahora también vas a correr conmigo”, bromea Bruno.
De aquí en adelante, poderoso don dinero mandará. “A ver si podemos hacer un buen papel aquí y esperemos que la siguiente sea Narón. Si hay suerte estaremos también en Ribeira Sacra, igual Botafumeiro y San Froilán… No sé decir; todo depende de cómo se nos dé y a ver si llega algún patrocinador nuevo”, desea. “De todas maneras, tengo que agradecerles mucho a los que ya están. A los recambistas, a Autosport, que trabajo con ellos desde hace cuatro años y que me han ayudado mucho. Después sitios que frecuento habitualmente en la zona del Burgo. También empresas de construcción que nos echan una mano en lo que pueden… Incluso del sector local de donde yo vivo, Miño, como el Café Bar Miño o la Peluquería Montse”, concluye.
PD: aunque los padres son un apoyo fundamental para Bruno, no comparten nada de lo que le gusta. Uno por motivos laborales, el otro por miedo e incertidumbre de lo que pueda pasar; van a seguir la carrera desde la distancia.