Previsiones de lluvia (escasas pero existentes, en lo que parece la parte final del paso de un frente), unos tramos siempre complicados en la comarca que encabeza la localidad de Lalín… y de nuevo un listón de participantes que hace palidecer pruebas de más calado.
Este fin de semana se disputa la segunda cita de la temporada en el Campeonato Gallego de Rallyes; sí ese en el que, parece, se van a jugar el título Iván Ares y Alberto Meira a menos que un tercer piloto lo trate de remediar.
De momento Ares y el Porsche se muestran intratables. El subcampeón de España de 2015 viene con un buen puñado de kilómetros de carrera tras su periplo canario en el Nacional de Rallyes de este año, cuando sus rivales apenas han llegado con unas pasadas de tests en tramos cerca de sus domicilios. Entre eso y el conocimiento y dominio que atesora del Porsche, va a ser difícil dar alcance al de Carral. Porque en Noia, con los tramos muy complicados, los 4×4 no fueron capaces de hacerlo. Así que tomando las palabras de Alberto Meira al final de esa primera prueba, celebrada hace un par de semanas, todo pasa por la incorporación de mejoras en el Evo X del piloto de Vincios. Esas mismas que están haciendo de Cristian García el coco en el Nacional de Rallyes.
La cosa se anima y mucho tendrán que apretar el resto si quieren estar con el dúo de cabeza. Iago Caamaño ha demostrado que puede estar ahí cerca, y eso es también una buena noticia.
Como quiera que la lista de esta edición del Rali do Cocido también supera con creces el centenar de participantes, muy interesante será comprobar qué da de sí el madrileño Alberto Monarri en esta tierra de lobos, donde hay codazos para hacerse un hueco entre los de cabeza. Donde los Porsche se cuentan en varias unidades (gran interés por ver a Fernando Piñeiro con un 2008; piloto rápido y fino donde los haya) y donde además hay que tener en cuenta a los R5, S2000, R3 y los variados Gr.N (Mitsubishi en su mayoría; Félix Macías la notable excepción con su Impreza) con equipos siempre dispuestos a buscar cualquier rendija para subir puestos en una abigarrada cabeza de carrera.
Aunque claro, luego a uno le dicen que ojo con el chico ese del R5 Gt Turbo, y ya no sabe qué pensar…