Paso a paso, un scratch (mejor tiempo) tras otro, Jari-Matti Latvala se ha afianzado al frente del Rallye de Alsacia, el que según el guión iba a traer la gloria, el segundo título mundial, a su compañero de equipo en Volkswagen Motorsport, Sebastien Ogier. Después del día dramático que sufrió ayer, el piloto galo (VW Polo R WRC) ha ido escalando posiciones en la tabla hasta terminar la segunda jornada en la 18ª plaza. Has leido bien: Ogier no está entre los diez primeros debido a una sucesión de acontecimientos dignos de una película de terror -seguro que para él fue una pesadilla-. Sin embargo, una vez solucionados los problemas, hoy ha sido el más rápido en dos especiales, sumando ya 300 victorias de tramo. Sabe que poco puede hacer aparte de intentar conseguir los tres puntos «extra» del Power Stage para anotarlos en su casillero. Sabe que Latvala ahora mismo tiene una posición muy buena en la lucha por el certamen. Sabe que mañana, aunque la etapa sólo cuenta con 63,38 km, es muy posible que llueva. Y esto es un rallye, donde todo puede pasar si sabes estar ahí para aprovechar tu oportunidad.
También Latvala conoce todos estos datos, desde luego, y ya no hablamos de aquel chaval loco que iba «a fuego» pasara lo que pasara: ahora espera el momento correcto para bajar el ritmo. Aun así, tiene muy reciente el «fiasco» en Alemania, igualmente sobre asfalto, donde abandonó tras una salida de pista en la primera especial de la última jornada, cuando era líder. Pero el finlandés posee armas para alejar esos fantasmas tanto fuera del coche (recuerda a su mentalista) como dentro. Y al volante, los resultados hablan: hoy ha vencido en los cuatro primeros tramos, disputados sobre carreteras que se han empleado en el Tour de Francia 2014, y sólo se ha permitido «relajarse» cuando la renta sobre Andreas Mikkelsen, que lleva toda la prueba «apretando las clavijas» al finés, ha superado los 20 segundos. Latvala ha admitido que el noruego le está haciendo correr, pero también que no está dispuesto a arriesgar su victoria si no es necesario.
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Tras los representantes de VW marcha Kris Meeke (Citroën DS3 WRC), pero ya a 53 segundos del primer clasificado. El irlandés ha admitido que era imposible igualar el ritmo endiablado de los Polo WRC -a pesar de que Mikkelsen se quejaba de una suspensión demasiado blanda esta tarde, apunta wrc.com- y ha preferido no poner en peligro el tercer escalón del podio. Lo ha logrado por los pelos, ya que ha sufrido un pinchazo en la penúltima especial que podría haber dado al traste con sus planes.
También Dani Sordo ha conseguido mantener su cuarto puesto por la mínima: sólo 0,9 segundos separan su Hyundai i20 WRC del Ford Fiesta RS WRC de Robert Kubica. El polaco hoy ha firmado una gran actuación; ha adelantado a Mikko Hirvonen (Ford) y a Mads Ostberg (Citroën) en los dos primeros tramos a pesar de su elección de neumáticos -todos los pilotos han escogido cuatro duros, mientras que él ha montado tres duros y uno blando-. Su jornada no ha estado exenta de problemas, ya que ha golpeado un muro y ha completado 15 kilómetros con una cubierta ligeramente fuera de la llanta… Pero ahí está, dando guerra al español y con una ventaja de 12 segundos sobre Hirvonen, sexto. Tras ellos marcha Ostberg, que ha sufrido problemas en el diferencial trasero. Después detectó una fuga de aceite y se detuvo a repararla, lo que le acarreó una penalización. Mañana, el desenlace de un rallye que está dando mucho juego, aunque no como Ogier esperaba. La alegría va por barrios…