A falta de dos secciones la cara de Iván Ares reflejaba las muchas cosas que estaban pasando por su cabeza. Líder de la carrera con más de 40 segundos de ventaja frente a Cristian García, el piloto gallego del Porsche 911 era un mar de dudas sobre qué neumáticos escoger para afrontar los tramos de la tarde. Mientras tanto, Álvaro Bañobre, su copiloto, mantenía contacto telefónico directo con miembros de su equipo desplazados a aquellas especiales. Algo de mojado, algo de seco… difícil elección.
Con todo, no era éste, ni mucho menos, el único piloto que estaba viviendo un quebradero de cabeza. Entre los Suzuki oficiales inmersos en una bonita guerra por ver quién de los tres -Antxustegi, Hevia y Fuster- era el mejor dos ruedas motrices y trataba de subir al podio de la general, la elección entre las blandas, medias y duras del mismo compuesto único FIA iba por barrios, cuando no era una combinación de un par de ellas para salir al paso de ese atolladero.
Pero volvamos atrás. ¿Cómo se llegó a esta situación? pues tras una matinal en la que Burgo decía adiós a la carrera de forma prematura por una mangueta suelta; avería de similares características -aunque en distinta rueda- que afectaba a los hermanos Vallejo, si bien los vigentes Campeones de España optaban por parar y reapretar, perdiendo un precioso tiempo en la maniobra.
Y así, mientras Sergio Vallejo remontaba a machetazos en una selva de coches, Ivan Ares volvía a estar en el sitio adecuado y en el momento oportuno, demostrando que tiene nivel para esto y para más, y liderando una carrera que por la tarde iba ser de infarto… al menos para él, que se encontraba aquí con la oportunidad de lograr su primera victoria absoluta en una prueba del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto.
Por su parte, entre los dos ruedas motrices la matinal fue un monólogo Suzuki… o más bien una trilogía que empezó con Fuster metiendo el susto a sus compañeros de equipo, siguió con un trompo de alicantino tras el que cedió el puesto de honor a Berti Hevia y terminó con pequeños problemas de frenos para el asturiano que permitían a Gorka Antxustegi terminar las dos primeras secciones con el liderato en la categoría.
Y ahora volvemos a las secciones vespertinas. ¿Qué pasó con Ares? pues que al final sus preocupaciones no fueron tantas y la realidad le permitió ampliar la ventaja y situarse cómodamente en la primera posición, confirmando aún más su candidatura a ser el mejor entre los mejores. Con problemas en el diferencial, Ciristian García poco más pudo hacer que terminar en podio, mientras que Vallejo logró remontar a la segunda posición en una temporada en la que las cosas no están saliendo todo lo bien que se esperaba.
Mientras tanto, los Suzuki vivían también una tarde convulsa, con despiste y rueda tocada para Antxustegi, y con duelo Hevia – Fuster por ser el punta de lanza de los pequeños S1600 amarillos… obviamente el alicantino tiene más ritmo de carrera y eso también se nota, incluso siendo un retorno a los tracción delantera tras años sin pilotar un vehículo de este tipo. Rozó el podio, lo que hubiera sido otra de las noticias del día, pero el cuarto puesto en la general scratch es un resultado mucho más que satisfactorio.
En R2 Pablo Pazó estuvo muy cerca de conseguir la gesta de superar al dúo Víctor Senra – Esteban Vallín pese a contar con una veintena de caballos menos en su Ford Fiesta R2. Pero una salida de carretera a dos tramos del final dejaba la victoria en bandeja del Opel Adam del asturiano quien, a su vez, había aprovechado contratiempos de Senra (tras una permuta de neumáticos entre ejes creyó tener las ruedas mal apretadas) para superarlo previamente en la clasificación.
Las copas dieron para mucho, porque entre los Clio R3T a los equipos portugueses inscritos se les atragantó este rallye, volviendo a dejar a Fran Cima al frente de la clasificación. Porque entre los Suzuki David Cortés se hizo con una victoria… esperada por sus rivales, si bien Adrián Díaz trató de impedirlo. Y porque en la Copa Dacia Sandero Alberto Monarri volvió a impartir doctrina, mientras los chicos de la Beca demostraron entereza y saber estar en medio de una fuerte marejada en la que están involucrados el organizador de la misma y empresas proveedoras.