En toda prueba se cometen errores, más grandes o más pequeños. Lo importante es que puedan resolverse y sirvan para aprender de ellos, con el fin de no repetirlos. Si, como en el caso de Sebastien Ogier y Thierry Neuville en el Rallye de Polonia, acaban bien… Mejor que mejor, ¿no?
Sebastien Ogier: una elección de neumáticos incorrecta… y pisando a fondo
El sábado por la tarde, Ogier luchaba por mantenerse en el primer puesto y resistía los ataques de su compañero de equipo Andreas Mikkelsen (VW Polo R WRC). La diferencia entre ellos era mínima, cualquier error podía hacer que el liderato del galo peligrase… Y su fallo estuvo en la elección de neumáticos, recoge wrc.com.
Ogier utilizó compuestos duros y blandos; Mikkelsen, todos duros. Las temperaturas subieron a los 33ºC y los blandos del francés empezaron a degradarse rápidamente. El noruego recortó unos valiosos segundos, pero no fueron suficientes para desbancar a su rival de lo más alto del podio. Aunque le fue por poco.
«Antes del bucle, pensé que Andreas había cometido un error y que mi opción era la más inteligente. Pero rápidamente llegamos al límite de los neumáticos blandos porque hacía mucho calor: la elección fue incorrecta. Me las arreglé para no perder mucho tiempo y así solventar el fallo con la monta», ha explicado a la web británica.
No es que no perdiera tiempo… Es que su ritmo fue frenético. Los tramos del Rallye de Polonia son muy rápidos y Ogier los completó a una media de 121,41 km/h. Pasó más del 60% de los 300 kilómetros cronometrados con el pie «a tabla».
Thierry Neuville: caer sobre las ruedas
En el caso de Neuville, la suerte jugó un factor más importante. El belga volcó en el penúltimo tramo de la prueba (tienes el vídeo bajo estas líneas), su Hyundai i20 WRC cayó sobre sus ruedas y se las arregló para continuar con una valla de madera clavada, arrastrando un trozo de tela enorme como una bandera. No sólo eso, sino que mantuvo su sexta posición en la tabla y marcó el 11º scratch.