Las cosas van por el buen camino y después de tres etapas disputadas del Rallye de Marruecos, Carlos Sainz y Lucas Cruz lideran la clasificación general de esta prueba con algo más de cinco minutos de ventaja sobre el Mini de Nasser Al Attiyah y de más de veintidós sobre el Toyota Hi-Lux del ruso Vladimir Vasilyev.
Aunque todavía es pronto para sacar conclusiones, se confirman un par de cosas: que la marca francesa ha dado pasos acertados en pos de un 2008 DKR 2016 más competitivo que la versión anterior, y que el piloto español llega con la sana intención de dejar claro que sigue siendo una pieza muy importante en el equipo… A (el equipo A listo para hacer grande a Peugeot). Bien es cierto que aquí hay dunas, superficie donde mejor se manejan los buggys, como el de Peugeot. Pero esto ya es un aviso de lo que puede pasar en la gran cita de principios del próximo año en sudamérica.
Sébastien Loeb, que corre con la versión 2015 del DKR de Peugeot, ha sufrido en la etapa de ayer un par de vuelcos en sus primeras incursiones en la arena. Que no cunda el pánico, es lo normal para alguien que empieza a tomar contacto con una superficie a la que no está habituado; probablemente el francés está buscando los límites de la pista y en cuanto pille el truco al asunto va a estar ahí.
El rallye finaliza mañana. Hoy los participantes afrontan una etapa de más de 500 km que les llevará hasta Agadir, donde el viernes está previsto un bucle de 300 km. Sainz tiene en sus manos la posibilidad brindar la primera victoria a ese vehículo sobre el que al final los técnicos no han hecho más inventos, diseñándolo más largo y ancho para ganar en competitividad.