Vehículo blanco e inmaculado, apenas con este slogan en inglés (will be awesome!) y en las cuatro esquinas. Si lo que se busca es llamar la atención, Iván Ares y su equipo desde luego lo han conseguido en este rallye Princesa de Asturias, donde además de estar presente con el Skoda Fabia R5 de AR Vidal lo ha hecho con una decoración de lo más radical… o minimalista, que para todo hay interpretaciones. El caso es que no ha pasado desapercibido y desde su presentación incluso algún destacado piloto ha reconocido ser su fan número uno por lo que ha hecho. Desde luego no es una maniobra fácil en un mundo en el que la imagen y repercusión lo son todo.
Pero ojo, que nadie se engañe. Bajo esta frase críptica no se esconde una apuesta personal del piloto de la localidad coruñesa de Carral y una carrera sin patrocinadores. Al contrario, los hay y en los detalles se esconde la clave; la de esta carrera y de lo que podría estar por venir. Una arriesgada apuesta de marketing en la que han creído quienes apoyan al subcampeón de España de rallyes en 2015, y que también se podría interpretar como un eh!, posible sponsor, apuesta por mí y mi programa de 2017
Porque las sensaciones son buenas con este coche y la demostración ha llegado en la primera etapa. Ares ha ido de menos a más, poniendo a su gusto el coche, y ha logrado superar en 25 segundos a un no menos sorprendente Sergio Vallejo. El kit de mejoras del DS3 y la tensión de días previos por su queja de los reconocimiento han sido buenos acicates para que el de Meira saliese con ritmo infernal, optando por neumáticos usados para la segunda sección, en la que ha perdido el liderato.
El podio se está vendiendo caro en este rallye. Y es que, como ya sospechábamos, Manuel Mora, Luis Monzón, los Evo de Monarri y Cristian García o incluso el Porsche de Pedro Burgo algo tendrían que decir. El caso es que ni primero ni segundo en la general del campeonato han tenido su día. Cristian se ha salido en los primeros compases de carrera, dañando la trasera de su Evo X; Burgo ha sufrido un doble pinchazo y ha perdido un mundo de minutos.
Así las cosas, Mora, con algunos problemas de frenos y la lógica adaptación, ha cedido algunos segundos con sus rivales, mientras que Alberto Monarri se ha dejado la ventaja de 10 segundos que mantenía con Luis Monzón antes del último tramo. Entre el retraso por la neutralización de la cuarta especial y el orden de salida entre los equipos del europeo y del nacional, al madrileño le ha tocado afrontar la última cronometrada de noche, lo que ha afectado a sus tiempos y ha permitido a su rival canario ascender al podio.
Surhayen Pernía manda entre los dos ruedas motrices. Aquí la noticia ha sido el abandono de Adrián Díaz por salida de carretera, teniendo que ser atendida su copiloto Andrea Lamas tras este percance. Esteban Vallín, tercer dos ruedas motrices, es el más rápido entre los R2, secundado por los Peugeot de Peláez, Blach y Pardo.