En 15 días está aquí el Rallye de Ourense y me pregunto si en estas dos semanas vamos a poder vivir “sin sobresaltos”. Me explico: hasta justo antes del Sierra Morena, el tira y afloja con la homologación del Porsche de los hermanos Vallejo nos tuvo en vilo. Después, todas las reacciones: que me voy, que espera un momento, los patrocinadores, los compromisos… Venga, que me quedo -de lo cual, por cierto, todos nos alegramos: ya están las listas de inscritos bastante mermadas-. Primó el sentido común y la profesionalidad de los implicados; eso siempre es digno de aplauso.
Por fin se resuelve el proceso y entonces, ¿qué ocurre? Lo que ya imaginabais: no va a haber prueba que ganen sin que se levanten voces. Y así llegamos a otra situación rocambolesca: si el 997 GT3 de 2010 corre mucho, malo. Si se lleva la victoria por abandono de su rival directo, peor. Nos estamos olvidando de que Fornelos, primer tramo del sábado, termino con Sergio Vallejo en el primer puesto de la clasificación general, con Alberto Meira (todavía en carrera) a 4 segundos. Después, Meira volvió a pasarle, pero “el lobo” no se descolgó. Los dos llevaban toda la prueba midiendo muy bien las distancias. Sabían a lo que jugaban.
Sin embargo, leyendo algunos medios da la impresión de que Vallejo se ha encontrado esta victoria porque “pasaba por allí”. Nunca es así en estas circunstancias; hay que saber estar ahí y mantenerse. Dani Sordo hizo lo mismo en el Rallye de Alemania, su primer -y merecidísimo- triunfo en el Mundial, por el que le llovieron toda clase de alabanzas. Nadie se lo ha cuestionado porque no hay derecho a hacer eso con alguien que se juega la vida en cada kilómetro. Pero Sordo también apareció en el primer puesto porque Ogier y Latvala abandonaron. Y el cántabro estaba cerca para coger ese liderato y conservarlo con maestría.
No contentos con esto, justo antes del primer rallye gallego del certamen, los Pais nos dan el susto. La Federación primero dice que no y luego sí admite el cambio de su coche. Y otra vez nos toca hablar de cosas que no tienen nada que ver con lo que pasa en los tramos, sino fuera de ellos. ¿Hasta cuándo? ¿Veremos en Ourense el fin de esta situación y podremos charlar, por fin, sobre carreras? ¿Vamos a dejar que los rallyes se queden encerrados en los despachos el resto de la temporada?