Es la comidilla que se escuchaba esta mañana en el parque de trabajo del Rally Islas Canarias. De Mads Ostberg dicen que en Canarias reconoce los tramos a una pasada y dicta las notas a la velocidad del rayo. Además, sin que nadie se lo indique, identifica y se para en los cuatro o cinco sitios complicados de cada tramo para tener claro la forma de abordarlos… y los locales -que se las saben todas en esas zonas difíciles- alucinan en colores por esa facilidad para leer un recorrido desconocido para él y al ritmo al que lo hace.
El WRC curte, y esta gente viene a otro nivel. Tan a otro nivel que en el tramo de calificación, Ostberg, que se quejaba de no haber hecho, ni de cerca, una especial afinada, ha sido el único en bajar a los dos minutos justos en los 3,5 km de recorrido, superando a los Lukyanuk, Kajetanowicz y (agárrate que hay curvas) un Iván Ares que viene completamente desaforado, con un ritmo de carrera alucinante a los mandos del Fiesta R5 alquilado a RMC… y eso que en la jornada de ayer aún reconocía tener cierto miedo en el cuerpo después del accidente sufrido en el Rallysprint Mencía. Esta gente del ERC aún no saben con quién se han topado. La prensa extranjera ya pregunta por él…