Recuerdo que hace unos años tuve ocasión de compartir mesa y cena con un alto directivo de Toyota en una presentación a la prensa del que, por entonces, era un nuevo modelo de su gama. En aquel momento la maldita crisis que ahora arrastramos como un pesado yugo sólo era algo lejano y relacionado con un banco llamado Lehman Brothers y un baile de números que veíamos reflejados una y otra vez en eso que se conoce como la prima de riesgo; algo que todavía hoy muchos relacionan con el colesterol: cuando más alto, peor. Pues bien, aquel directivo de la marca nipona nos aseguraba con sorna que en la sede central de Toyota había una planta entera con una oficina llena de cerebritos y ordenadores que se dedicaban a sondear mercados, tendencias macroeconómicas y, en general, a dar pistas a la cúpula directiva sobre qué estrategias seguir a medio y largo plazo. Y según los vaticinios de aquellos gurús, los primeros síntomas de recuperación económica de lo que era una crisis inminente en varios países, como el caso de España, no se producirían hasta el período 2015-2016.
A los que allí compartíamos mesa, aquel secretillo nos parecía algo aventurado; hoy empiezo a darme cuenta que, de verdad, las marcas tienen a bien fiarse mucho de esas estimaciones a largo plazo. Porque, al menos para mí, no deja de ser curioso que Toyota anuncie su regreso al WRC en 2017 -mira tú- justo cuando sus previsiones apuntaban a un repunte -valga la redundancia- de la economía. Bien es cierto que su marcha del Mundial (en 1999) se produjo mucho antes de que el término crisis nos helara a todos la sangre, pero tampoco sabremos si la intención de regresar se hubiera producido con antelación… y optaron por esperar a un mejor horizonte comercial.
El caso es que, y esto ya no son vaticinios, no hay más viralidad en internet, ni mutis por el foro cuando se les pregunta por sus planes deportivos. Ahora es todo oficial, con focos, música y bonitas fotos del pequeño Yaris decorado para la ocasión. La gente de la revista alemana Rallye, y a los que habíamos citado en un reciente artículo, no se han equivocado. Afinaron bien el oído en la sede de Toyota Motorsport GmbH.
Toyota vuelve, entiende que la estrategia comercial ahora pasa por el Mundial de Rallyes y el intento de reverdecer éxitos pasados como marca en este certamen (muchos títulos, dos con Carlos Sainz en 1990 y 1992). Es bien sabida la afición del máximo responsable de la marca, Akido Toyoda, por este deporte. Se dejó ver el pasado año en Finlandia y, como reconoce, allí recibió muchas peticiones de aficionados que querían ver de nuevo a la marca en este campeonato. Toyoda asegura que esto no es un regreso sino una vuelta a empezar. Por cierto, esta mañana a Eric Camilli, uno de los posibles pilotos integrantes del futuro equipo, le crecían de forma exponencial el número de seguidores en Twitter.
Mientras, yo no paro de dar vueltas al chascarrillo de aquel directivo en la cena celebrada en un hotel de Italia del que ya no recuerdo su nombre. ¿Será verdad que estamos saliendo de la crisis?…